Aguardando...[Libre]

No, no serías tú.

Contestó divertido a su pregunta.

-Hn, lamento no compartir tu mismo significado de diversión corazón.-

Dijo escapándose antes de verse totalmente atrapado, caminándo con paso ligero bordeando la mesa de la cocina.

-Idiota-

Comenta al escuchar la primera frase del mayor.
Acaso lo hacía a propocito, aquella manera de abochornarlo era censurable, no pasban ni siquiera segundos y el volvía sonrojarse de sobre manera.

-No, sólo que no soy juguete de una noche-

Explicó, para luego observar cualquier cosa que le ocupara la mente.

Auellos besos recibidos por aquellos labios que se unían a los suyos con maestría lo dejaban anonadado, delirando, al sentir aquel cuerpo ínvadiendo su espacio personal de aquella manera, asustado por aquellas sensaciones que ebullían de su cuerpo cómo volcán en erupción.

Concluyó jadeando por aquel beso imperioso recibido, con la siguiente frase:

-Qué parte de no soy jueguete, no entendiste-

-Demonio...-

Sus ojos estaban condenados a seguir observando a aquel hombre, sus palabras hechas susurros le enviaban escalofríos deliciosos recorriendo por todo su cuerpo, y su mente hecha polvo se encontraba.

-Sueltame...-

Susurró quejándose sobre aquellas manos que no le dejaban escapar de él.

Sus labios se cerraron herméticamente, callando los suspiros que deseaban salir de su boca.

-Su...sueltame-

Seguía con su suplica al verse suceptible ante el mayor.

Su joven corazón se encontraba alterado, los latidos eran fuertes y rápidos, su mente seguía en blanco, atolondrado por las acciones del mayor.

-Gra..gracias-

Contesta ante la amablidad del mayor, caminó hacia el fregadero, abriendo el grifo del agua para hecharse un poco de agua al rostro, bajando el calor de sus calientes y rojas mejillas.

-¿Vives aquí sólo?-

Preguntó lo suficientemente alto para ser escuchado. Aún cn la respiración alterada.

-Oh...-

Dijo sin saber qué más decir, no sabía si la preguta había incomodado al mayor, pero aún así la curiosidad por saber le había ganado.

Levantó el rostro al ver que el mayor estaba al lado suyo, hechando agua en su cabello y acomodandolo hacia atrás, para que luego el pelirrojo acomodase su chaqueta de cuero, que tan bien se le veía como anillo al dedo.

-Yo también vivo solo...-

Acotó sin siquiera meditarlo.

Negó suavemente con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa divertida observando al mayor.

-Tu apetito es interminable...-

Dijo mientras reía ligeramente.

Los labios del menor terminaron de curvearse hacia un lado, dando cómo resultado una sonrisa traviesa.

Mirando al mayor ir por las pizzas que había pedido y luego ponerla sobre la mesa.

-Insaciable...-

Agregó de manera reprochable con un tinte de voz jugetón.

-Estudios...-

Dijo mientras veía comer al mayor, "vaya que no mentía cuando decía que tenía hambre", pensó al ver la gran mordida que le había dado al pedazo de pizza.

-Y...no soy pequeño-

Retificó con un pequeño gesto de molestia, que más parecía un puchero.

¿Y tú?

Interrogó al mayor.

-Injusto-

Comentó con una sonrisa, no podía enojarse con el mayor así quisiese.

-Interesante...-

Comentó sin alterarse al escuchar sobre a lo que se dedicaba el pelirrojo, cómo si le estuviesen comentando del tiempo que hace.

"Y la burra al trigo" se dijo a sí mismo mentalmente, ya que el inexistente sonrojo que ostentaba hace unos momentos había vuelto, coloreando sus mejillas con fuerza.

-...-

Ahora no sabía que más decir, sólo se quedó mirando al mayor, esperando a que este hablase nuevamente.