Bajo la lluvia [Priv. Kei]

-Claro que sí, hijo...- Dijo en voz baja, sonriendo contento al verle tan entusiasmado. Al escuchar el ruido del estómago de Kei, no pudo evitar reír un poco.

-Está bien... busquemos algo de comer. ¿Sí? ¿Qué cosa se te antoja?- Preguntó sonriendo, dispuesto a complacerlo en lo que el niño le pidiese.

Me quede pensando un segundo y despues le sonrei a mi padre.

-Me gusta mucho la sangre de mama, sabe rico...- relami mis labios -Y siempre me llena... ^^

-¿Puedo beber de mama?

-¿Eh?- Le miró un poco sorprendido, no esperaba que le dijese eso, aunque a su vez le hizo reír.

-Pues, eso depende de lo que mami quiera, ¿no? Pero debes tener cuidado... sabes que mami se debilita rápido y papi no quiere preocuparse mucho por el...- Sonrió mirándole con amor, besando luego su cabecita.

Hice un puchero. No queria lastimar a mama...

-Prefiero comer unas galletas ^^- sonrei -No quiero que mami se debilite y que tu te preocupes por él...

Mire a los ojos de mi padre y bese sus majillas. -¿donde puedo conseguir las galletas, papi? DIme, ¿te gustan las galletas? ¿Mami sabe a galleta?

Le miró un poco sorprendido y divertido a la vez al ver su reacción. Sonrió enternecido al sentir aquel besito en sus mejillas.

-Pues, podemos ir a buscar unas galletas para tí...- Ríe suavemente. -A papi le gustan mucho las galletas, y las cosas dulces, aunque no las come seguido, ¿sabes?-

Al escuchar lo último que el pequeño dijo, se sonrojó un poco. -Pues... algo así... Sabe dulce...

-Oooh mami sabe dulce...- sonrei -Pero... has dicho que casi no comes las cosas dulces y Misaki dice que tu te comes mucho a mi mami...- le miro curioso.

-¿Cómo es que te comes a mami si puede estar con nosotros y no en tu panza?- me preguntaba a que se referia Misaki...

-Me refiero a comida cuando digo que no como cosas dulces muy seguido, Kei, y mami no es comida...- Dijo un poco sonrojado, explicándole.

-¿Misaki te dice esas cosas?- Le miró un poco sorprendido. Con que les había estado espiando, seguramente... -Pues, Misaki se refería a otras cosas, seguramente...

Le miro curioso. -¿Mami no es comida?- eso me sonaba raro, porque cuando yo tenia hambre comia de mi mama.

-Si, Misaki me dice eso...- ladeé mi cabeza inocente. -¿A que cosas se refiere Misaki Nii-chan, papi?

-Pues... No lo sé... Quizá se refiere a que le doy besitos a tu mami...- Intentó escapar por la vía fácil de las preguntas del pequeño, pensando para sus adentros en que hablaría con Misaki sobre las cosas que le decía a su hermano...

-Y no, mami no es comida. Les alimenta a tí y a tu hermano porque beben sangre, pero mami no es comida en sí, ¿de acuerdo?- Le sonrió, besando suavemente su mejilla.

-Y para no molestar mucho a mami, papi les alimentará a tí y a tu hermano de vez en cuando, ¿qué te parece?

Lo mire.

-¿Puedo beber de ti, papi?- acaricie su cuello. -¿No te lastimare?

-Mami dice que sta acostumbrado y que no le lastimo... pero... ¿Y tu?- lo miro con tristeza -No quiero lastimarte...

-Kei, no te preocupes...- Le sonrió dulcemente, acariciando su suave mejillita. -Papi es fuerte, más que mami, así que no me lastimarás fácilmente...

-Además...- Añadió, intentando animarle. -A papi no le molesta hacer lo que sea con tal de que tú y tus hermanos estén bien... Porque papi los ama mucho...- Dijo en voz baja, mirándole con un gran cariño.

Sonreí ya sin preocupación.

-Entonces... ¿Puedo beber de ti ahora, papi?- pegué mis labios a su cuello y dejé un besito cual era mi costumbre con mami, antes de escuchar la respuesta.

Mi tripita sonaba mucho y me hacía gracia oirla... estaba casi tan impaciente como yo.

-Claro que sí, Kei...- Sonrió, sintiendo el dulce besito de su pequeño. Era un niño realmente adorable...

-Adelante, porque ya veo que tienes hambre...- Ríe. -No te preocupes por papi, ¿sí?

-Si- ya sin más preámbulos, deje que mis colmillitos perforaran su piel y empecé a beber de su sangre hasta sentir que mi hambre no estaba más.

Lami las pequeñas heridas para cerrarlas y asi separarme del cuello de mi papa.

-Gracias papi...- sonrei y relami mis labios para luego dejarle un beso en cada mejilla. -ya no tengo más hambre- rei un poco.

-Papi, ¿Juegas conmigo? Tengo ganas de ir a jugar al parque... ¿Sera bonito el parque bajo la lluvia? ¿Podemos ir, papi?

Suspirò tranquilo, pues los colmillos del menor eran tan pequeños que no sintió mayor dolor. Esperó un rato, mirando al cielo mientras su hijo terminaba de alimentarse.

Al escucharle satisfecho y sentir cosquillas por las lamiditas, sonrió mirándole.

-Me alegro, Kei...- Puso suavemente su mano sobre su cabello, revolviéndolo.

-Claro, jugaré contigo a lo que quieras...- Miró a los alrededores del parque. No había ya casi nadie, por lo que sería muy tranquilo jugar por ahí. -Vamos...- Sonrió.