Atendiendo

-Ah..- Agitado... Estaba hambriento y débil, mi cuerpo se sentía pesado, las imagenes a mis pupilas en camara lenta, el sónido de la voz de Aoki se perdía y mis labios se mordían ante aquella palabra *Sangre*.

-Yo... tengo que irme de aquí...- Levantadome de pronto.

Él lo tomo por los hombros obligandolo a sentarse nuevamente, no permitiria que se fuera en esas condiciones.

-No puedo permitir que se vaya estando asi, necesita descanso y recuperar fuerzas, digame que necesita y voy a traerselo-insisto, tenia la impresion saber que era lo que necesitaba, pero preferia no pensar en eso.

Traté de resistirme descontrolandome, me sacudí como una bestía acorralada, pero tratando de tener cuidado, aquella criatura nuevamente me estaba tomando, el vampirismo.

-No... Aoki... dejeme... no quiero hacerle daño...- Inyectandose mis ojos de rojo con pequeñas venitas.

Apretando mis colmillos contra los costados de mi lengua, haciendole sangrar, pero no abriria mas la boca.

Pero el, tercamente, no lo solto y por el contrario lo sostuvo mas fuerte intentando calmarlo.

-No va a hacerme daño si no desea hacerlo-afirmo el convencido- Tiene que calmarse -agrego.

Le llevo con cuidado el cabello hacia atras, no sabia bien que hacer para ayudarlo, pero bajo ningun concepto lo dejaria ir en esas condiciones.

No quería de verdad estaba exaltandome.
-No...- Sin emitir muchos sonidos, no queria desatar la bestia.
Mis ojos estaban llorando de la desesperacion y mis manos eran ya garras.
Las venas comenzaban a marcarse alrededor de mi ojos en mi mejillas.
-Aoki.. no quiero herirte..- Platique en su mente , mientras lloraba.

Aoki no sabia que hacer, estaba realmente alterado al verlo asi, estaba sufriendo y podia ver como luchaba con el monstruo que se escondia en su interior.

No supo que mas hacer y lo abrazo, intenando contenerlo, calmarlo, hacerlo volver a la realidad. Lo apreto con fuerza contra su cuerpo mientras le acariciaba el cabello para que se tranquilizara.


-Calmate... vas a estar bien, solo tienes que calmarte...-le dijo en voz baja.

-Aoi.... Aoi.. Aoki...- Dos veces habia repetido el nombre de mi esposa, dos veces para asimilar a quien realemente me abrazaba, no eran las manos de una señorita, de mi esposa, sino que un simple desconocido que me estaba ayudando, cuidando. Me sonroje, tratando ademas de calmarme.
-S...sangre...- Dije en voz bajas mientras me perdia en el cuello ajeno, aun luchando.

Lo sentia temblar en sus brazos, debil y haciendo un gran esfuerzo por mantener el control.

¿Lo mataria? ¿Asi terminaria su vida? Penso en su familia, jamas lo perdonarian por dejarse morir en manos de un vampiro, cuando pudo evitar todo eso perfectamente, cuando en cierto modo habia sido su eleccion mantener a aquel peligroso ser a su lado y ofrecerle su ayuda...


Cerro los ojos resignandose, sintiendo sus colmillos rozar la delicada piel de su cuello sin aflojar sus manos.

Tomo el cuerpo ajeno entre mis manos, clavando delicadamente las puntas de mis perlas , sintiendo una calidez lejana.
Estaba iendo contra todos mis ideales, contra lo que había acabado con mi vida, era horrible.
Las manos de Aoki estaban ahora bajo mis zarpas y mi cuerpo tendido sobre él... lo analizaba.
Miro a lo lejos mi saco.
-Aoki...- Callendo sobre su cuello, lamiendolo con dolor, pero a la vez pasion.
-Mi.. saco... un arma...- Abriendo la boca clavando fondo los ariscos puntiagudos, rompiendo su piel.

Él solto un quejido, pero resisito al impuslo de gritar, sentia el dolor en su cuello muy agudo, un dolor como el que nunca antes habia sentido que se expandia por todas sus celulas que chillaban al sentir como su sangre era absorvida por el vampiro, que la drenaba con sus colmillos llevandose junto con ella su vida.

Su arma estaba cerca, siempre la tenia cerca, estaba en el cajon de su escritorio, pero no habia forma de llegar a ella, y tampoco deseababa hacerlo, no podria matar a Meith, Sentia su cuerpo cansado, entumecido, ahogado por el dolor intenso. De algun modo habia acabado recostado sobre la camilla con el vampiro sobre él.

Con las primeras gotas entrando a mi torrente sanguineo, su sabor era estruendoso, y el olor de la piel de Aoki exquisita.
Desde mi garganta dejaba emitir ciertos sónidos sensuales, era mi acto de beber una demostracion de erotismo, cuando mis labios besaba la herida abierta, perdiendo mi rostro en el cuello ajeno, entre sus coloridos cabellos.

Las manos de Aoki entre las mias estaban lejos de parecer debiles, porque yo estaba seguro de que él podía hacer algo.
Pero, en cambio, yo estaba lejos de relajarme, había pasado largo tiempo de haber bebido, y el destino me había entregado esta hermosa presa, pero de ningun modo quería considerarlo.

-Aoki.. no...- Dije sin alejarme de él.

Su cuerpo reaccionaba ante su sensual modo de beberle la sangre, era una sensacion realmente extraña, unica. El dolor se mezclaba con el placer, alternandose, como oleada agradables y desagradables que mermaban, a medida que el bebia notaba como el dolor cada vez era mas distante, y el placer mas intentenso.

Su lengua saboreando su herida abierta, su piel fria en contacto con la suya tan caliente, todas eran sensaciones exquisitas... Tuvo pensamientos estupidos, y se odio a si mismo por aquello, sintio que no le importaria morir en brazos de ese sujeto, no seria una muerte dolorosa como lo habia imaginado, sino una llena de sensualidad y placer.

Entrelazé mis blanquesinos dedos con los desanimados ajenos de Aoki, elevando las manos de mi presa sobre su cabeza, apretandolas como si de esposas se tratasen.
Musité para mis adentros recriminaciones por mis actos, pero no obstante, las reacciones en el cuerpo de Aoki estaban cercanas a contagiarme, era inevitable que me atrapasen a mí también, ahogandome con ellas en pura sensualidad.
Seguí con mi lengua limpiando la sangre que emanaba, pero comenze a recorrer esa piel completa, encontrandome con la camisa manchada, la tome de un zarpazo, haciendome del pecho ajeno, con pequeñas mordidas, sin evitar impregnarme de su olor, embelezado con el responder en el cuerpo ajeno, jadeando.

Estaba totalmente indefenzo, debil, sentia como su vida se escurria con cada gota de sangre que perdía por le herida abierta de su cuello. Sentia la electricidad recorrer su cuerpo ante el tacto del hombre, cuando llevo sus manos hacia atras supo que seria imposible librarse de su agarre.

Sintio como su boca bajaba por su cuello llegando hasta la base para luego notar como su pecho quedaba desnudo cuando el desgarro su camisa, sus afilados dientes y su húmeda lengua recorria seductoramente su pecho haciendo que el fuego creciera en el interior. Un fuego que amenazaba con consumirlo y volverlo cenizas. A pesar de que la llama de su vida se iba apagando no deseeaba que se detuviera, nunca nates nadie lo habia hecho sentirse de ese modo, al borde mismo de la locura...

¿Por qué era que Aoki me estabab volviendo loco de esta manera?, era más que la simple necesidad de alimentarme lo que me estaba motivando, porque realmente Aoki estaba produciendo en mi sensaciones mas aya de un bendito banquete, había algo en su comportamiento, en sus actos... que me hacia desvariar.

Continué mi rito exitante acariciando los cabellos rojizos despacio, mientras seguía con los mordiscos contra el blanco lienzo del médico. De un momento a otro levante un poco mi parte posterior, arqueando la espalda para sentir un exquisito placer, mientras delicadamente mis piernas se iban enredando con las ajenas, presionando contra el cuerpo ajeno, acortando el espacio y rozando sus intimidades sin verguenza.

Se sentia fatigado y debil por la perdida de sangre, hubiera deseado poder moverse un poco más, tantear y acariciar el cuerpo de aquel hombre que estaba sobre él haciendole sentir tantas cosas maravillosas, haciendo reaccionar a su cuerpo como nunca antes. Sintio sus manos acariciando su cabello y sus dientes puntiagudos rascar apenas su piel delicada sin hacerle daño.

Sintio que la exitacion aumentaba cuando se arqueo sobre él pegando mas sus cuerpos, y sis partes intimas se rozaron, friccionandose, porvocandolo más. Sintio como entrelzaban sus piernas cada vez mas cerca de aquel hombre que lo llenaba de placer con cada una de sus caricias. Sin que pudiera controlarlo de sus labios escapo un suspiro de placer.

Escucho escapar de aquellos labios un suspiro hermoso, donde el halo de aquel sónido libido ahoga en mi una sensación de extasis y placer.
Deslizé sobre su mejilla mi mano gélida acariciando su cálida piel, soltando sus manos que con anterioridad entre mis garras estaban. Tomé con la libre la extremidad ajena, y como poseído por el deseo, y adivinando los pensamientos de Aoki, la repasé por todo mi pecho vendado, para que sintiese mi bien formado cuerpo, sonriendo le dije:
-Es esto.. lo que usted desea...- Cerrando mis ojos, mientras continuó divagando sensualemente mi cuerpo contra el suyo.

Él disfruto poder sentir su cuerpo fuerte y musculoso con su mano, su piel gelida le resultaba encantadora y suave, deseaba seguirtocandolo, por todas partes hasta conocerlo de memoria. Cerro los ojos disfrutando de su cercania, y de como se frotaba suavemente contra él aumentando su placer.

Deseaba besarlo, pero su boca estaba inmensamente lejos de la suya, y no tenia en aquellos momentos la energia suficiente para acercarse a él y tomarla como deseaba.

Entendi claramente que Aoki se sentía bien con mis caricias, mis acciones, mis deseos, y aquellas instancias en la angosta camilla ocupada por nuestros cuerpos sensuales, era la pura prueba de ello.

La mano que traviesa entre los pliegues de mi cuerpo estaba, la subi lujurioso hasta mi cuello, hasta mis labios, lamiendo sus dedos, mojando cada uno, y claro mordiendolos suavemente, y con ellos tocando mis labios me acerque despacio rozando sobre el cuerpo ajeno, pegando nuestros pechos semidesnudos, acecandome levemente contra las comisuras ajenas, besando con un beso de sangre, infimo, pero amenazando con devorarlo cuando sintiese la aprobación.

Se estrmecio por completo al sentir sus dedos en la boca de él, siendo saboreados despacio, y con cuidado, sin hacerle daño, humedeciendolos uno a uno con dedicacion.

Sintio como el cuerpo de él se frotaba aproximandose mas al promio, permitiendo que sintiera por completo su fuerte y musculoso pecho sobre el de el. Pero lo mejor fue cuando aproximo su rostro al suyo, y unio sus labios apenas con los de él. Reacciono enseguida, moviendo sus labios sobre los suyos, besandolo al tener la posibilidad de la proximidad de sus suaves y helados labios.

Entrecierro los ojos dejandome seducir por los labios ajenos, y era esa la muestra de afecto que detonó mi deseo sin control. Sus cálidos labios contra los mios me agitaban, cuando posé mi lengua redonda, calando contra los suaves, entrando a esa cavidad desconocida con mi lengua jueguetona, sin evitar dejar escapar un gemido dentro de ella, que lleno mi cuerpo de un sabroso cortocircuito.
Llevé ambas manos contra su pecho, cosquilleando en circulos, para luego bajar solo con una, en el mismo moviento, por su vientre, mientras en mi camino, me desasía de los botones de su camisa, uno por uno... bajando mi mirada, curioso de observar el cuerpo ajeno.

Disfruto de sus labios sobre los de él, de su lengua introduciendose curiosa en su boca explorandole, el la intercepto en su inspeccion acariciandola, jugando suavemente con ella, siguiendo con aquel apasionado beso.

Sintio como su cuerpo reaccionaba arqueando apenas su espalda al sentir sus caricias en su abdomen, y como el desabotonaba su camisa dejandolo expuesto a su lujuriosa mirada. Una serie de roncos gemidos escaparon de sus labios ante el rose de sus manos.

Oí como la habitación se llenaba de aquellos roncos gemidos, como Aoki arqueo su espalda ante mis caricias, como respondía ante mi pasión.
Me separé unos momentos, estaba más relajado y ya no era una bestia descontrolada, la sangre de Aoki había echo su efecto en mi cuerpo y mi mente estaba tranquila, sin considerar el hermoso cuerpo que estaba frente a mi, aquel doctor que hace unos momentos había curado mis heridas, quién era reacio a los de mi raza.

Mi lengua se apoderó del cuello sangrante nuevamente, pero no queriendo dañarle, lamí sensual nuevamente la herida observando que esta cerraba, y aprete mis dedos contra los labios ajenos, acercando mi boca...

-¿Quieres tocar, moverte... conmigo?... - Dije mientras cortaba con mi colmillo la piel de mi dedo, dejando caer unas pequeñas gotas de mi sangre en su cavidad, que le entregarían por cierto lapso de minutos vigoridad para responder como aparentemente su cuerpo lo hacia.

Continuó al mismo tiempo jugando con mi mano en su vientre, subiendo y bajando la cremayera ajena.

Aün se sentia debil por la perdida de sangre, pero ahora que la herida habia cerrado sentia que poco a poco iria recuperando sus fuerzas. Esa sensacion aumento cuando pudo sentir la sangre de Meith en su boca, era amarga, como un medicamento, pero las saboreo y la trago sientiendo como la energia volvia a él, aun ne cesitaba descanso para volver a ser el mismo de siempre, pero ahora podia moverse con mas libertad.

Llevo una de sus manos al rostro de él acercandolo para poder besarlo nuevamente, introduciendo su lengua en su boca para saborearl, disfrutando de su sabor único y extraño, exotico. Sentia su cuerpo en llamas, estaba quemandose por dentro. Con su otra mano comenzo a recorrer la espalda de él, sintiendo cada uno de sus poderosos musculos tensos.

Mi cuerpo se tenzó por completo al sentir las manos de Aoki en mi espalda, era ese mi punto débil, y el sentir sus manos recorriendolo, hizo que accidentalmente se escapara de mis labios un largo gemido al compas de mis ojos enajenados de placer y mi boca separandose ante el impulso.

Volví sujetando mis labios contra los suyos, mirandole con mis ojos grisaseos, un tanto agitado, miré hacia abajo, como si previniese a Aoki de lo que haria.

Entonces delicadamente abri la tela de su pantalón, tocando por sobre la tela de su ropa interior su sexo exitado. Olí acercandome a sus mejillas.

-Gracias..-