Recostado entre las flores espinozas (libre)

Hace poco había conseguido el sabor de un buen trago en mis labios, el sabor del licor ensangrentado ya era cosa del pasado y lo había olvidado por completo.
Estaba recostado sobre una basta alfombra de flores, mirando el cielo enamorado.
Escuchaba el canto, el ruido del viento, el agua que mojaba la flora rejuvenecida, y admiraba los vivos colores de aquella pintura al carbonzillo.
-Ahh... mundo nuevo, no dejes atrás a tu siervo...- Estreché mis manos tras mi cabeza, esperando la ilusión del tacto. Cerrando los ojos como anesteciado.

Caminaba por aquel rumbo, solitario como de costumbre, acompañado con sus ojos verdes de triste apariencia, melancólico era aquel demonio de blanca grisacea piel, caminaba a pasos firmes y silencioso, la flores en su camino de cristalizaban y marchitaban al pasar por ellas, después de un rato percibió una presencia sin igual, un vampiro seria lo mas común,no se acerco mas, esperando un movimiento alerta,pero como siempre, con sueño

-....-

Estaba helando. El suelo donde reposaba esta cristalino de repente. Me levanto por sorpresa quejandome.
-Vaya esto esta mal...- Mirando al individuo de hermosa piel blanquesina, y esos ojos que en un momento despertaron en mi ansias asombrosas.
Corto despacio una rosa para sentir sus petalos junto a mi rostro, y me acerco despacio, sin mayor preocupación.
-Porque tan melancólico?...- Arreglando mis cabellos. Sin separar mis ojos de aquellos ojos verde agua hechizeros.

Se mantuvo inmóvil, tan hermoso ser, un vampiro tenia que haber sido, el pálido joven de mirada profunda, mas fría que el invierno y el fondo oscuro del mar, le miro sin decir nada...le siguió cada movimiento con sus ojos verdes acuosos, suspiro y finos cristales casi microscopicos, salieron de su exhalacion, mantuvo su pose serena y su mirada triste en los ojos ajenos.

-No soy melancólico..-

Dijo mientras lo miraba con suma tranquilidad, de echo, paresia un poco tierno pues su mirada también se tornaba dormilona y mimosa, claro,helada y seria, suspiro por segunda vez y se movió un poco para atrás.

-¿Quien es?..¿Por que me pregunta eso?-

Cuestiono tranquilo.

-¿Quién soy?- Reparé en la pregunta.
-A estas alturas me límito a no contestar esa pregunta....- Sujeto mis manos dejando la rosa caer, recordando la vividez del fuego, los recuerdos de mi pasado, mi triste fracazo.
-Lo lamento...- Dije sin separa mi vista de aquella rosa desarmada.
-Es solo...- Penetrando en los ojos ajenos -Que yo no debería estar aquí...-

La rosa cayó al suelo y la miro muy apenas, no entendía los sentimientos ajenos ni los de nadie, entre cerro sus ojos viperinos o mas bien felinos, y los clavo en los ajenos al igual que el mayor, acomodando su espada mejor para que no se cayera le observo y negó.

-No hay porque disculparse..-

Dijo mirando y congelo la rosa en el suelo con su aura de espada, cerro sus ojos y suspiro por una tercera ocasión, Ulquiorra no era un demonio débil, pero lo aparentaba además, el no poseía sentimientos o aun no los descubría en el.

-ya veo..soy ulquiorra..señor..-

-Ulquiorra... que bien... un gusto- Ofreciendole la mano
-Mi nombre es Meith...-
Se abrazó frente a la baja temperatura.
-Hielo... vaya... nunca pensé que el reino de mi hijo tubiese tales individuos... que eres?-
Acercando mi fría mano, pero cálida comparada con el cuerpo ajeno, al rostro de Ulquiorra.
-Esos ojos...-

Le miro y le escucho, en silencio todo, mientras sus ojos seguían clavados en el otro, el silencio llegaba al nivel de ser aterrador para algunos, tanto silencio, era tétrico, y mas por la apariencia del menor el cual en silencio le miraba, luego de que el mayor hablase le respondió rompiendo aquel tramo de escalofriantes matices silenciosos.

-Yo soy un espada..-

Respondió mientras le miraba,y detecto la mano aquella , aproximando se a su rostro, la verdad no le molestaba , casi nada le molestaba y cuando lo hacia nadie podría detenerlo, nadie.

-,...-

Le observo, y escucho sobre sus ojos mas no entendía por que el interés, aun que eran hermoso, profundos,,y misteriosos sin embargo no entendía nada, solo se dejo tocar mientras permanecia quieto con sus manso en su traje blanco.

Fruncí las cejas. Lo sentía tan hermoso, delicado, hasta debíl, pero no de fuerza, sino de espiritu, me estaba atrayendo más de lo normal. Pero no eran esos ojos, era lo que en el fondo estaba, algo secreto, algo mortuorio y bello.
-No eres un objeto... eres hermoso, hay algo en usted, si me lo permite...- Tocando su menton -Que me cautiva.. suena extraño, que sea la primera vez... de verle y platicarle así, pero le soy sincero...-
Alcanzando a dar dos pasos frente a él -Eres como una estatua.. pero...-

Le escuchaba con atención, esas palabras, cargadas de sentimientos, que al ser percibidos por el pelinegro de helada piel, se volvían tan huecos como un pilar de nieve seca, ladeo su rostro levemente, tratando de entender aquellas palabras, sabia sus significa dos pero deseaba entenderlas en la forma del sentimiento.

-Ya veo..descuide cada persona o ser tiene su modo de expresarse hacia otros..yo soy un guardián..-

Aclaro mientras lo observaba, sintiendo el toque ajeno que le resultaba realmente caliente, su temperatura tan cálida, en una piel gris deliberada mente, tan fría que seria capaz de congelar sus lágrimas al momento,sin dar la oportunidad de correr por sus mejillas si pudiese llorar.

-mmm..-

Tomo su mano delicadamente, atrayendolo justo a mi costado, cerrando mis ojos, creando el gesto de respirar.
Me acerco bajo un árbol, para sentarme junto a él.

-No siempre es así... no se puede ser egoista... si algo le perturba solo hagalo saber, eso no tiene nada de malo...- Acariciando sus cabellos
-No se realmente como es usted, o que clase de sentimiento albergue, pero se nota cansado... dulce, puedo yo estar equivocado, pero no deseo pensar que es un simple objeto, noto...- Tocando su mejilla -Como reacciona a mi tacto.... a mi extrañadamente cálido tacto... no es así?-
Mirandolo fijamente, esperando que me atrapaze rápido, me retubiera con aquella dulzura desmedida o me hiciese sufrir.

Sintió como el caliente cuerpo del otro, le juntaba con el suyo, le miro un poco desconfiado, se sentó a su lado bajo un hermoso árbol, que aun conservaba su forma y no se había vuelto cristal solido, le miro y lo escucho, en cierta parte tenia razón pero en otra no.

-Yo no soy un objeto como usted cree, yo fui creado para servir a mi amo..no albergo ningún sentimiento en general..-

Sintió las caricias en su mejilla, frunció su entrecejo de ya apariencia triste y tomo aquella mano curiosa con la frialdad de la propia, con esa piel suave, como una muñeca de porcelana, o una estatua de fino mármol blanco, suave..exquisita pero mas fría que un glaciar.

-mm.. es raro..usted se comporta de una forma muy rara..-

Dijo mientras lo observaba y su negra pupila rodeada de bello color verdoso se ponía aun mas delgada.

-Yo siempre estoy cansado..desganado es mi pecado ..- le miro fijo -y siempre estoy frió..no hay mas remedio.-

Su comentario me sorprendió, sonreí apacible sujetando las manos ajenas, y me acerque carismático ante él.
-Raro?... yo raro... es usted la primera persona que lo nota, o que me lo dice leal...- Realmente me había sorprendido, el extraño me entregaba tanto, podía analizarlo como una pintura o una pieza de música, era atrayente, cautivante y misterioso, o tal vez mil veces me estaba engañando, pero ese engaño era fantasioso, aún más divertido.
-Veo que es una persona leal... jejeje- Aún risueño por el comentario anterior.
-Me gustan mucho los sables, sin intención de ofenderlo claro....-
Imaginaba, divagando dentro de mis pensamientos.
-Imagino que usted debe ser... como la escarcha fría, su filo... quién sabe...-
Perdiendo mi vista en las manos ajenas que trataba de calentar acariciando.

Le miro y sintió aquellas ..calientes caricias, que eran tan intensas para su fina piel helada, que era muy sensible al calor que retiro su mano de las ajenas y le miro, escucho lo del sable y miro su espada, tal vez se refería a eso, luego le miro de nuevo y suspiro, dejando salir de sus labios una fina escarcha fresca y similar a diamantes molidos en añicos finos.

-Tal vez..no se..es que no le logro entender muy bien señor..-

Le dijo y luego miro su mano la cual anteriormente era acariciada por el mayor

-Su piel es muy caliente..y siento que quema la mia..señor..-

Dijo con un tono algo vació y muy incrédulo, le miro de nuevo y relajo sus ojos, y su forma de mirar se torno aun mas triste pero tierna y con un toque de inocencia.

-Usted da comentarios..muy..- se quedo pensando y negó -no..nada lo siento..creo que le ofendí al decirle raro o extraño pero..la verdad para mil o es, y bastante.-

Sentí la frialdad de aquel aliento desánimado, tan asi que quize posar mis dedos para que fuesen escarchados.
-Disculpame a mi, nunca se como realmente esta mi piel, acabo de despertar de un sueño largo y pesado...-
Su voz vacia, su mirada, sus movimientos, y aquella pupila que epresaba tanto.
-Complete lo que quiere decir... y no me ha ofendido para nada, admito que soy extraño... es díficil con mi edad ser ya ahor perfecto...-
Enguanto mis manos delicadamente en satín, y arreglo un poco la bufanda que cubre mi cuello.

-Ulquiorra... dime que piensas de los sentimientos... y ruego que completes lo que acabas de cortar..-

-Los sentimientos, para mi no existen, solo son una fantasía creada por el cerebro..no es mas que un engaño..en lo personal podría definirlo como..nada..-

le mira y suspira de nuevo cerrando los ojos y pensando , tratando de entenderle, no podía, el nunca había sentido tales emociones o sentimientos, ni amor,miedo,enojo, nada..

-No soy muy bueno..explicando..-

Comento conforme abría sus ojos , su pupila se contrajo y lo miro

-Para usted que son..eh?

Que dilema, notaba que me era imposible explicarle bajo tal conocimiento, y que su corazón realmente era una fría escarcha.

-Los sentimientos, que pueden ser.... ah...- Suspiro - Mi vida... para mi, en mis largos años, más de tres mil años eperimentandolos, prescenciando largas guerras, descubrimientos y acontecimientos gracias a ellos, no he llegado a una conclusión clara, pero muy por el contrario, estoy casi en mis cabales de que estoy gustoso de sentir...-

Cruze mis brazos frente a mis rodillas, con la mirada perdida
-El amor, la clave de toda sinceridad, la amistad, el rencor, el odio, la envidia, el coraje, la esperanza, la lealtad, la soberbia... la melancolía...-

Voltee para hablarle pausado.
-La pereza... sean virtudes o defectos, son lo que hace a los seres vivos o no diferentes, la calma... son factores que afectan nuestras relaciones, el destino, la suerte y las infinitas ramas de nuestro universo...-

Retiró una par de hojas que abrian caído sobre el cabello de Ulquiorra antes de que se hiciese hielo
-La curiosidad de entregar.. o recibir... lo que nos hace lo que somos alejado del infimo significado del cerebro... porque realmente, si ese aparato muere que quedara de ti... cuando tu cuerpo se haga polvo, añico o alimento para gusanos.... sentimientos... hacia ...- Mostrandole la hoja - Ti...-

Le miro con mucha atención, vaya al fin paresia entenderle, lo que significaban,lo que figuraban hacer sentir, se sento de rodillas y miro el cielo, con sus ojos verdes y recordó todo su pasado, su antiguo hogar y todo lo que paso antes de llegar a este sitio.

-Pero...si no tienes corazón o..no naciste para esos sentimientos que remedio existe?-

Lo miro y le acarició la nariz entrandole al punto de ponerla muy roja, observando como enrojecía y su dedo se sentía quemado.

-mm... lo siento..soy algo curioso aunque la verdad, yo soy la pereza-

Su dedo era como un tempano de hielo, muy alejado a lo que en mi memoria queda de las cálidaz aguas del mediterraneo. Muevo la nariz sorprendido mirandole siempre a los ojos, que ahora poseían un pequeño brillo.
Dejo caer mi mano también sobre la ajena, en un pequeño gesto jugueton.

-Da igual lo que seas, eso es solo biología, es algo que no se encierra en circunstancias.... no debo preguntarle porque a los sentimientos...- Me giro hacia él -Solo hay que dejarlos llegar... y de un remedio, cada uno sabe donde encontrarlo, o este llegará solo... - Sonrio entrejuntando mis ojos.

-Ya veo..-

Suspira y se pone de pie y se estira perezosamente, vaya que estar sentado le habia cansado el tracero, preferia estar acostado en el piso ,frio durmiendo placido, le miro y bozteso

-uhmm...entonces llegan solitos.vaya que bien..- le mira fijo

-y porque has vuelto aqui?..-

La pregunta caló en mis huesos, y mi mente siente una abrumadora película de recuerdos, a lo que me levanto bruscamente y me siento nervioso.

-Kai y Tak... , busco a mis Kai y Takuya.... - Giro para mirarle cautivado.

-Estoy aqui por ellos... hace un tiempo atras les perdí....-

Baje la mirada.

-Respecto a los sentimientos debes buscarlos a veces, muy en el fondo, o a veces olvidar..-

-Los hermanos?..-

Le miro y se alejo un poco, centro la mirada de nuevo , con si vació ser y examino al hombre, con suma determinación, vaya , al parecer conocía a los hermanos.

-Yo sirvo a los hermanos y a su majestad Lukka señor de los demonios..-

Aclaro y ladeo el rostro un poco mirándole

-Prefiero olvidarme de sentir algo..la verdad no estoy hecho para eso y no creo que sea lo conveniente para mi misión.-

Estaba enojado, derrepente sentí furia y mis ojos se llenaron de lágrimas, era tan estupido lo que este individuo me hacia sentir, ahora estaba enojado derrepente, el pisoteaba los sentimientos, imi unico apoyo en la vida para seguir adelante, decidi a gritarle, con los ojos inyectados en sangre. Dejando mi cordialidad de lado. Le tomé desde los hombros apretandolo contra mi cuerpo, mirandole de cerca.

-Deja de lado los titulos de nobleza.... poco me importa quien sea ese Lukka... los hermanos son mis hijos... y... que crees!! olvidarse de los sentimientos porque estas echo para una misión!!!... dentro de mi larga y sufrida vida fui un estratega, estube eternamente sumido a la nefasta opcion de la milicia y la descarada economía... jamás sentí tanto cuando defendía mi patria o cuidaba de los mios.... porque al fin y al cabo eso es lo que me mantenia vivo en mi paradojica calidad de vampiro muerto...- Comenze a zamarrearle -Vivo!!.. sabiendo que no lo estaba.... ame falsamente también, jugue con inocentes... pero la culpa siempre estaba.. y todo aquello!!! Por mis hijos!!! para llegar a darle lo que en mis esfuerzos logre... como ozas llamar Majestad a tal persona!!... sientes la necesidad de llamarle asi?? o es tu deber.... la costumbre es una asquerosa muestra de debilidad... si no eres debil espero que sea un sentimiento!!...-

Jadeaba, y baje la cabeza.... llorando.

Lo miro,de la nada se puso histerico, furico, malicioso, sus ojos se teñian de un carmin intenso, tan poderoso pero al demonio nisiquiera le imuto, sintio como le tomaba de los hobmros, apretandole con fuerza, escuchando cada palabra de frente, sintiendo ese aliento desfallecer en gritos furiosos y nostaljicos, el peli negro le miro de la misma manera, pero..mucho mas helado y fijo.

-El es su majestad debido a que su padre el rey del infierno fue quien me dio la vida y debo servirlo..-

Lo miro en el suelo y le dejo llorar solo, el dolor, eso era lo unico que podia entender pero..no a la perfeccion

-Reclamas mucho y gritas tus errores a otros.. los hermanso , a ellos tambien sirvo, por ordenes de mi amo..-

se recargo en el arbol cristalizandole

Me dejo estar tranquilo ya, jugando de la nada con una moneda entre mis dedos.

-Y dejame adivinar... entonces tu existes porque saliste del vomito de demonios pecaminosos de lucifer...- Suspiro

-Lamentablemente hay más en el mundo, en el infierno, arriba donde quiera que sea...- Noto como las estrellas poblan el cielo nocturno.

Me recuesto lanzandole la moneda a Ulquiorra, para llamarle.
-Ven recuestese... es algo que bien sae hacer creo yo...-

Aún asi sentía pena por él.... o por mí... y muy dentro en el fondo, lo estaba queriendo... mucho