Paseo de recuerdos...(Priv./ AYase)

Hace cuanto no volvia a pasear por aqui, habia descuidado las rosas desde que decidi marcharme de la mansión por un tiempo, es imposible caminar y que cada lugar no tuviese un recuerdo un momento vivido, comoel de aquella noche llena de neblina, gélida y cruelmente inesperada, el grito de un rubio llamandome y perdiendose entre las emociones que le esperaban esa noche...

Entre por el camino principal que me llevaba frente a un árbol donde discuti con meith...más adelante a una banca solitaria entre rosales, donde abrige el cuerpo de un humano, acrecentando el calor en mi marmoleado y rigido cuerpo que esa noche de alguna forma sintio la necesidad de cuidarlo...me acomode en la banca, donde de inmediato sentí como si de nuevo lo estuvise abrazando sin que no fuesemos nada aún...cerre los ojos tratando de revivir ese momento en mi mente.

*¿Cuántas veces habría visitado la mansión?...solo recordaba una...misma en que sin saber el por que, simplemente no quería estar solo...tampoco quería estar acompañado por cualqueira...no...ese día extrañamente quería que aquel vampiro le acompañase, estar con el...sin saber bien ...ese calor, el abrazo...el tiempo que estuvo entre sus brazos, la sensación de protección...si, quería volver a estar con el.

Por la misma razón volvió a la mansión....pero no a la edificación, no...sino al jardín...mismo que aquel día no contempló bien por la neblina espesa y fría que cubría la extensión de la flora. Esta vez lo admiró, un gran rosal con plantas bien cuidadas...hermosas en todo su esplendor.

Pero no era su fin...el lugar, la banca...buscaba aquel sitio...pese a la belleza del lugar esa banca en especial era lo que le interesaba...¿sería que estaría ahí el?...¿lo encontraría?...esperaba que si.

Sus ropas eran las mismas de aquella vez, el gran y usual pijama que solía llevar...quizás le tenía un especial cariño a la prenda; no sabía, el rubio observó el lugar....sus grandes y cristalinos ojos cyan-azul recorrían toda la extensión de el lugar, hasta que vio la banca...la lejanía no le permitió ver al inicio; pensaba que sería alguien más, decidido pero nervioso se acercó un poco.

Dulce y alegre así como risueña sonrisa la que se le dibujo en el rostro cuando notó quien era aquella identidad; era el...Kaoru-san...su pecho palpito mucho, el corazón latía fuertemente, y su gesto, emocionado en su totalidad...sus manos empuñadas en su pecho, como intentando resistir la emoción del momento...sentía que todo volvía, que regresaba en el tiempo y al parecer así era...tanto su regocijo fue que grito aquel nombre que tanto gustaba decir con dulzor.*

-¡Kaoru-san!...

*Era el...sin duda alguna era Kaoru, esa sonrisa se mantenía en su rostro tal cual sangre circula por las venas, cálida.

El ver los brazos de el mayor abrirse....en una aceptación, un recibimiento, su andar nuevamente se integró, pero ahora más rápido, casí sentía que corría...que debía correr...el corazón le palpitaba fuertemente, como si el corazón quisiera salir de su pecho, ¿Emoción?...sin duda alguna...

Sintió que pasaban horas...días, casí años durante su correr hacía donde el rubio, la nosión del tiempo le fue mala...horrorosa...ya que aunque le hubiesen parecido años a el el tiempo en que se acerco...no habrían pasado minutos siquiera.

Se lanzó a los brazos ajenos al estar con este finalmente, acurrucándose en su pecho, sintiendo ese calor corporal que tanto le era grato y solo ese le hacía sentir tranquilo, protegido....amado. Sus ojos se cerraban fuertemente, acuosos en deseos de llanto, pero un llanto alegre...de felicidad.*

-Kaoru-san....

*Le abrazaba con las pocas fuerzas innatas que tenía, apretujaba las ropas que yacían cubriendo el cuerpo del mayor, buscándo tranquilizar esas ganas de llorar de felicidad que tenía.*

-Kaoru-san, te extrañe mucho...

Cuando por fin lo tuve entre mis brazos, por fin...esa cálides volvio, cubrio por completo mi ser...interior y exterior, una sonrisa se poso sobre mis labios al tenerlo asi de cerca, en que momento habia aparecido este ángel y porque abrazaba a este demonio? no sabe que soy un arma de doble filo...no sabe que puedo hacerle daño..no sabe...que me tiene en sus menos?; Cubri con mis brazos todo lo que pude su cuerpo, que en comparación con el mio parecia mi hijo, no importo pues lo tenia y era lo que más queria, hundi mi rostro entre su cuello y hombro, respirando el aroma de su cabello, enloquecia mis sentidos...bese con cautela su cuello...sonriendo complice del acto.

Como estas? -respire de nuevo su cabello- Sabes que...el ratón esta abrazando al león en este instante verdad?

rei complice, levantandolo con delicadeza del suelo, acomodandome de nuevo en la banca sosteniendolo a él sobre mis muslos, realmente era tener una pluma blanca sobre mí...muy comodo, me separe un poco para observarlo y delinear el indice en la extensión de su anriz hasta terminar en la punta...robandole un beso demasiado rapido y tal ves imperceptible.

*Aquella calidez le rodeaba nuevamente... no sabía si el cuerpo de un vástago era capaz de emanar calor corporal...desconocía demasiado acerca del tema, y le daba igual realmente; se mantenía apegado a el, ''Uña y mugre''...quizás era una frase que podía describir el como estaba...pegado a el, así quería estar, siempre.

Escucharle, no le dio miedo saber eso...no, le arrebataba una leve sonrisa de sus labios, acurrucándose en los brazos de el mayor.*

-Pero el ratón se puede ocultar en la melena del León...

*Ya no sintió el suelo bajo el, solo sintió el regazo ajeno, estando ahora acomodado en este, intento ver la mano de el, la que delineaba como en un juego su nariz, entrecerró sus ojos un poco y sonrió suavemente, pero su gesto se hizo uno ingenuo, incomprendido al sentir como si le hubiesen besado, atribuyó aquello a el vampiro, claro...era un simple y frágil humano y el un ser magestuoso e inmortal, así que era obvio que tuviese habilidad para moverse sumamente rápido. Volvió a sonreir sujetándose de el cuello ajeno, abrazándole.*