Un pequeño paseo... (Priv, Abel)

Nuevamente paseaba por las calles, aquellos territorios completamente tranquilos, solitarios, cómo solían estar a esas horas de la noche, a excepción de aquellos que gustaban de un ambiente tal y paseaban comodamente, solos o con compañía, no había nada más que hacer que eso, pasear. Sin embargo, Abel sentado en una banca se encontraba, casi a la orilla de la banqueta, descansando la mirada después de un momento tan estresante.

Había habido una pelea, la sangre sin duda tuvo acto de presencia y casí, por un instante sus instintos comenzaban a escapar lentamente, no podía dejarse llevar una vez más, ya no tenía que perder su persona como un ser humano, no quería volver a ser aquél de antes, aquél que una vez disfruto del daño ajeno. Ya no.

Suspiró entonces, mirando al cielo obscurecido, sonriendo decaídamente. Sus prendas? ordinarias. Camisa blanca con una gabardina negra encima, pantalones oscuros tal cual calzado, combinado. Volvió una vez más su vista hacia el camino, percatándose de un joven cuyo olor era el más fuerte de los ahí existentes, no sabía porqué pero solo con verle le causo una oleada incomprensible de nerviosismo.

El aroma de aquel hombre era más fuerte, pero no era un aroma natural a sangre, la sensación de incomodidad comenzaba a invadirle de a poco, aquella presencia realmente era peligrosa y con sólo sentirla a metros de distancia bastaba para darse cuenta completamente de ello. Observó con sus celestinos sus propias ropas, había rastros de aquella sangre, aquella que evitó probar y que ahora le seguía en pequeñas cantidades, pero que ironía. Aún así ese pensamiento no basto para que se olvidara del ser que se acercaba.

Desvió su mirada, estaba más cerca ahora, solo una silueta negra tras el gris humo que se esparcía ante el hombre, el cigarro, siempre un vicio que arrastraba a la mayoria de las personas, nunca entendería que tendría de bueno, pues tampoco pensaba probarlo ahora después de tantos años evitándolo. Entonces su vista finalmente se clavó sobre aquella persona que parecía con intenciones claras de sentarse o al menos Abel pensó en esa posibilidad, pero... no se movía, acaso esperaba su permiso?.... no estaba seguro, pero no sabía como reaccionar ante esa imagen fría, tan distinta a tantas otras que antes había visto.

.- Si desea sentarse, puede hacerlo, no hay nadie más ocupando este lugar.

Comentó, amablemente cómo sólo él podía dirigirse a otras personas, con la encantadora sonrisa que siempre mostraba sobre sus labios, su mirada cálida, humana. Haciendo un ademán con la mano, le invitó a tomar asiento, aunque en cierta forma, lo había hecho más por propio respeto hacía los demás. Natural en él.

*Retiro el cigarrillo de sus labios lentamente, apenas sopló en este para avivar la llama que mantenía humeante el tabaco, simplemente la soltó dejándola caer al suelo, pisoteándola para apagarla, el brillo en la pieza metalica de sus labios no se desvanecía, por la luza que rodeaba aquella zona, la de los faros, poca pero al cabo era luz...como la detestaba.
Dio un par de pasos más y quedó finalmente a menor distancia del chico, ya visible en su totalidad a este, sus ropas, negras completamente...sus manos en sus bolsillos estaban reposando nuevamente, mientras las ebras de su cabello cubrían sus ojos completamente, solo dejando alución a sus labios, cuales sonreían, un tanto amplio, y a su vez algo sádico, como si estuviese deseoso de muerte...y así era..el aroma de la sangre que reposaba en el muchacho avivó aquel sentimiento y deseo de torturar y hacer sufrir.
Abrió sus labios suavemente, un frió viento se emanó de estos, lugubre, era su respiración helada.*

-Si andas con ese aroma por ahí...alguien te hará daño, chico....

De nuevo pensaba que era muy extraño, una vez más no podía evitar que ese pensamiento recorriera su mente, intentando que además de eso al otro le fuese imposible leer sus pensamientos, cómo comunmente pasaba con otros. El cigarro cayó de aquella boca y los ojos celestinos del albino le siguieron su marcha hasta llegar al suelo, el "fuego" se extinguió cuando el hombre le pisó, aunque no parecía del todo muy cómodo, el otro, no sabía como o porqué. Sólo lo intuía.

Ahora ya estaba bastante cerca, los ojos semi rasgados del albino no dejarón de observarle en ese lapso de tiempo, sin duda la esencia de aquel hombre era mortifera, como si de veneno volando por el ambiente se tratara, quemandole los pulmones (Si es que eso era posible). Pero más le inquietaba no ver la mirada del otro, siempre descubria intenciones por medio de ella, pero está vez estaba ciego ante esa posibilidad. Sólo la sonrisa de aquellos labios adornados por el metal le daban a considerar sus pensamientos. Entonces su frase le sacó un poco de sí, realmente no se había percatado de ese aroma, el aroma de la sangre en sus ropas, no propia, pero si de alguien más y eso, no era nada bueno si deseaba esconderse de sus "iguales".

.- No era mi intención pasear con este aroma, pero... las circunstancias lo hicieron inevitable. Disculpe...

Dijo, con suavidad al hablar, apenas sus labios se movían con cada palabra articulada. Desvió su mirada una vez más en dirección a sus prendas, tocando con la yema de sus dedos aquella huella carmesí que se había impregnado en la tela, ya era un hecho, al menos tendría que marcharse de aquel lugar sino deseaba meterse en más problemas.

*Las palabras del muchacho le hicieron sonreír ampliamente, no se molestaba en cubrir tras una máscara sus sentimientos en ese momento, sangre...dolor...sufrimiento...quería liberarse de esas ansias que lo comían y carcomían internamente, saco su diestra de su bolsillo, sus uñas se encontraban pintadas de negro, acercó la nivéa mano a donde las ropas del muchacho, tomando estas, por donde la mancha de aquel liquído rojizo reposaba.
Una vez más, aquel aire helado producido por su respiración se mostró, como vapor al ambiente, pues la noche era sumamente fría, y eso le encantaba.Habló en un tono sereno, que a su vez podía ser inspiradora de temor.*

-¿Te disculpas?...¿De qué?...el que debería disculparse es el bastardo que te ah manchado de sangre...

*Inclinó su cuerpo suavemente, acercando aquel fino y pálido rostro a donde las manchas en la prenda que sujetaba, estando suficientemente cerca, olío aquella sangre, ya estaba coagulándo, una sonrisa más, por lo bajo, sin ser detectada, lujuriosa, deseosa de pecar se mostró. Volvió a ponerse firmes una vez olfateado el aroma de la sangre, su mirada se fijo en el joven, sin que se notarán sus ojos, pues aquellos mechones negrizcos le cubrían perfectamente. Se tomó la molestia en borrar aquella sonrisa deseosa de pecado y lujuría, cambiandola por una amplia, que alucía a un porte macabro en el.*

La actitud de aquella persona le estaba comenzando a extrañar un poco, principalmente por no ser capaz de visualizar la mirada, con sólo eso estaría completamente más tranquilo. Pues pese a los buenos tratos y a las palabras que podían o no tener coherencia con las cosas, la sonrisa de aquel hombre dejaba cierto hilo pendiendo, algo que no le hacía confiar del todo en sus actos, o sus intenciones.

Entonces observó cómo aquella pálida mano comenzaba a acercarse a sus prendas, tomándolas finalmente con sus manos justo en la zona donde la sangre se distinguía de lo demás, Abel alzó la mirada justo hacia el joven, extrañado de aquella misteriosa actitud que se cargaba encima, pero es que tampoco podía decirle que se alejara, no había hecho nada malo o al menos nada que no pudiese esperarse de uno como los suyos.

.- No ha sido culpa suya el ensuciarme, pero si es mi culpa que me deseen atacar, pues soy yo el ocurrente de pasear así por estos lugares.

Dijo con una cara entre graciosa y avergonzada. Pero más sorprendente fue el hecho de que aquél se acercara a su cuerpo, a sus prendas y así olfateara el aroma para asegurarse o algo parecido, no estaba del todo seguro, pero le inquietaba en sobre manera no poder apreciar el rostro de él en esos momentos,pues no le conocía y dudaba que llegara a ser así del todo. El hombre volvió a levantarse y Abel se observó las prendas, tampoco era una gran mancha pero parecía atractiva a los ojos de cualquier otro ser de la noche que buscase alimentarse rapidamente. Suspiró con pesadez, tal vez sólo ocasionaba problemas ahí sentado con semejante alimento sobre sus ropas.

.- Aunque tal vez tenga razón, debería de marcharme antes de que las cosas puedan empeorar, no lo cree?.

Cuestionó con deje de amabilidad.

-Quitate la ropa....

*Sentenció inmediatamente. El joven simplemente había llevado ahora su diestra donde su bolsillo, sacando una cajetilla de la cual tomo un cigarrillo el cual llevó a sus labios, inmediatamente tomó un encendedor al mismo tiempo que guardó la caja, encendio el tabaco y guardó nuevamente el encendedor.
Caló gustosamente el cigarrillo entre sus labios, libero aquel humo al unísono entre sus fosas nasales, su mirada, tras aquel cabello estaba fija sobre el cuerpo del muchacho, una sonrisa macabra estaba en su rostro, la cual realzaba un tanto por la diminuta luz que la mecha del cigarro producía, sus manos comenzaron a quitarse la camisa que traía, lentamente, al tiempo que bajo la camisa se encontraba una playera ajustada y negra, sin mangas. Dejó abierta su camisa, tomando el cigarrillo con la diestra, observando al chico, esperando que este hiciese caso omiso....le gustaba que le hiciesen caso, pues era así, dominante...
Pese a que su sonrisa macabra seguía presente, muy internamente estaba desesperandose, el tener frente a si mismo tal cuerpo y tal aroma de alimento...lo incitaban...realmente estaba incitandose a dejar en libertad aquellos lujuriosos deseos y sanguinaria actitud de superioridad que tanto gustaba mostrar cuando tomaba algo que era suyo, o en este caso...algo que haría suyo.
Espero a que se quitará la ropa tal cual indico....*

Sus ojos parpadearón sorprendidos, no entendía que es lo que había sucedido pero aquel hombre hablaba en serio?, debía de ser algo completamente imposible, para nada, un juego o una muy pesada broma, pero no sabía si reaccionar con una sonrisa o con un gesto preocupado ante la situación, jamás había estado en tal, bueno, tal vez un par de veces pero nunca sucedía nada y esperaba está vez fuese semejante, al menos para ahorrarse los malos ratos.

- No estara hablando en serio.

Comentó el albino observandole fijamente al momento que se ponía de pie, era alto, así que por la estatura no habría mucho que tener o a que tomar consideración. Observó los movimientos de aquel hombre , desde cómo se apartaba la camisa hasta ver cómo su sonrisa no se apartaba de aquel rostro, en verdad tenía que tratarse de una muy buena broma. El olor a cigarrillo impregnaba el aire que ambos respiraban y Abel seguia dudativo, porque no veía alguna intención de ser agresivo , al menos por parte ajena.

.- Si me disculpa, debere de retirarme... no me gustaría que me malinterpretara y mucho menos, que por culpa de estas manchas suceda algo innecesario.

Se disculpó Abel, sonriendo amablemente como siempre, como cada segundo de su vida. Haciendo una sutil reverencia antes de girarse un poco, hacía el camino en el que avanzaría para marcharse.

-Te dije que te quitarás la jodida ropa...¿No hable claro?...

*Su palabra ahora fue severa, el chico o no le tomaba enserio o creía que estaba jugando o algo semejante...no...el no jugaba así...sus juegos eran mucho más imaginativos...Tomo al chico de el hombro una vez que vio que se paraba para alejarse, con intención de detenerle, el cigarrillo en sus labios seguía aún, calado por los pulmones de el hombre, quien soltaba el humo tranquilo por la misma boca, su mirada anónima estaba fija en el muchacho. De un giro le hizo volver a quedar frente a el.*

-Si no te quitas esa porquería de ropa que traes...no te daré mi camisa ...y por ahí te habrán de hacer algo por el jodido aroma de sangre putrefacta que traes encima...

*Supuso en el primer instante que el chico le había mal entendido, termino finalmente por quitarse la camisa para ofrecersela, mientra scon la otra mano esperaba que le diesen la prenda ensangrentada...no quería incitarse mucho con el aroma de la sangre, ya que primero tenía que ganarse la confianza del muchacho...para luego poder tenerle...y hacerle pedazos como el tanto gustaba....
Espero tranquilo a que el chico accedierá al intercambio de ropas, claro que el no usaría la ropa ensangrentada...le bastaba la playera ajustada que tenía ya.*

Las palabras del chico en primero lugar le parecieron innecesarias, no tenía porque hablar de esa forma, menos cuando estaba pidiendo algo completamente imposible, desnudarse en la calle, bueno tampoco era como si se quitara toda la ropa, pero Abel se avergonzaba con facilidad y le había educado de una forma bastante reservada. La mirada celestina del albino quedo prendada del cigarro que ahora tenía ante su rostro, pues claro que le había hecho girarse de aquella forma. Tal vez el otro no buscaba algo fuera de lo normal, como algunos pervertidos que paseaban en las calles, pero su petición seguía siendo un poco exagerada después de todo.

.- Aunque me este pidiendo que haga semejante cosa, no es posible que cambie mis prendas en un sitio donde cualquiera puede verme, no sería ético...

Comentó, siempre tenía en mente el buen comportamiento que había de mostrar ante otros seres, mortales o inmortales. Sin embargo parecía que el otro no cederia en su posición "quita y dame", por lo que terminó por rendirse, observó su alrededor esperándo que nadie más se encontrara por las cercanías y al estar seguro, apartó primeramente la gabardina negra que llevaba encima, pero desabrochada (Fue por ello que terminó sucia la prenda de abajo). Apartó entonces la camisa que llevaba debajo, su piel blanquecina no se había manchado ni un poco siquiera, tomó entonces la prenda que el joven le ofrecía y la colocó sobre su cuerpo, abotonandola, y colocándose una vez más la gabardina encima, terminando por ajustar las prendas. Sólo un poco, lo necesario.

.-Muchas gracias.

Comentó con un sutil tono avergonzado, dándo a aquel hombre la prenda que tenía algunas manchas de sangre. Aunque no sabía el porqué había hecho semejante cosa.

*Cada palabra que decía, hacían que su sonrisa se ampliará aún más, al son de estar prácitcamente de oreja a oreja, sujetando la prenda propia aún, mirándole desde el anonimato detrás de su negrizco y penumbro pelo.*

-Oh...¿Quieres decir que prefieres cambiarte en un sitio privado, chico?...¿Estas seguro?...¿Privado...conmigo?...

*No se ahorró el tonito lujurioso, mirándo fijamente al joven, abrió la comisura de sus labios dejando ver sus aperlados dientes, cuales parecieran más colmillos, solo los colmillos vampíricos se distinguían gracias a su largo, sobresalían de los demás.
Con este gesto facial, su aspecto pasaba de uno de desconfianza a uno con intención de influir temor...así como nerviosismo.
Entregó la prenda al joven al verle que accedía...aquella nivéa piel, tan blanca y seguramente suave...quería ya tocarla...hacerla suya...rasgarla...hacer ese tono blanco a uno rojizo, pero aún no...nescesitaba que la noche le diese la señal...que la oscuridad le indicará el inicio del dolor ajeno...y que las penumbras. ah...que las penumbras le diesen el ambiente adecuado...*

Levantó la mirada para verle fijamente tras las palabras que aquellos labios habían permitido escuchar, extrañandole que se preguntara aquellas cosas.

.- Sinceramente, un sitio más privado para cambiarme hubiese sido mejor, pero... descuide.

Comentó con normalidad, una vez se cambió y terminó por dar su prenda sucia a aquel hombre Abel ya no supo que hacer, la presencia de aquella persona sin duda le incomodaba un poco pero igualmente un sentimiento de curiosidad embargaban lentamente el cuerpo albino. Se cuestionaba que estaría buscando o simplemente porqué se había ofrecido un extraño a cambiar sus ropas, por la seguridad del otro. No cualquiera hacía algo cómo eso. Oh sí?.

.- Le gusta pasear mucho por estos lugares??

Preguntó con tranquilidad, bastante, observando la banca y después el camino, sin saber que elegir, invitar al joven que estaba al lado suyo a seguir platicando ahi sentados, o caminar y conversar hasta ver que más se veía a la distancia. Sus celestinos permanecían fijamente sobre el paisaje ante sus ojos y después se elevaban para observar la noche sobre ellos, en espera tal vez, posiblemente el otro joven tuviese alguna idea o simplemente se despidiera y siguiera su camino para terminar cosas personales tal vez. todo era posible al parecer.

*Recibió aquella prenda ensangrentada....emocionado, su rostro mostraba una amplia sonrisa de oreja a oreja, esta algo maniaca...al tener la prenda en sus manos la apretujó con fuerza, como resistiendo la tentación...pues la prenda no solo llevaba el aroma de la sangre putrefacta, también llevaba el aroma de el Albino, cosa que le hacía sentir un extasis completamente, sin embargo, doblo la ropa y la dejó caer al suelo. Tomó aquel cigarrillo de sus labios que seguía consumiéndose con la mecha prendida, fuego...si...el fuego se encargaría de la prenda...tiro el cigarrillo a la camisa sucia, dejando que el cigarro se encargase de borrar las evidencias.*

-La noche es perfecta...fria....oscura...macabra y peligrosa...por eso me gusta salir cuando esta ella...

*Volvió su vista a donde el Albino, sonriendo ampliamente, como si fuese un zorro picaro esperando el momento para hacer una treta contra el chico.*

-Te queda de maravilla...

Notó lo que pudo de las reacciones de aquella persona en lo que obtenía con sus manos aquella prenda, no le pareció fuera de lo normal cómo muchos otros lo hubiesen demostrado, sino contrariamente, se le veía tranquilo y sin problema por el olor de sangre impregnado en la tela. Pero después se sorprendió un poco al ver lo que hizó con la prenda, una vez esta descansaba sobre el suelo. Y asi fue como despues el fuego de aquel cigarro se encargo de desvanecer los rastros que habían quedado de ese encuentro o al menos de la pelea que antes había sucedido.

.- Te parece a ti que la noche es de esa forma?... a mi me parece todo lo contrario, es hermosa, pura, pacifica, se respira calma cuando se está en presencia de la luna, me gusta mucho.

No se dió cuenta de la mirada de aquel hombre, después de todo la luna y estrellas absorbian lentamente su atención, haciendole perderse de todo lo que sucediera a su alrededor.

.- eh??'... no... no lo creo. Bueno... aun así se agradece el comentario.

Comentó bastante avergonzado con aquellas palabras, es decir, algunas veces le decían cosas parecidas pero algo así, como aquello, jamás se lo mencionaban. Se preguntaba que estaría pensando aquella persona para decir algo como aquello.

*Miraba las llamas terminar con la prenda finalmente, su sonrisa seguía implantada en el rostro, mirando a donde estaba el joven, llevando sus manos a sus bolsillos tomó otro cigarrillo cual llevó a sus labios para encenderlo inclinandose ante la ''fogata'', calando de este liberando el humo por la misma boca sin quitarse el tabaco de esta, mirando al chico fijamente, con una pinta tetrica.*

-Cada quien se hace su idea de como es la noche...cada quien tiene su idea de justicia, de injusticia...de amistad...de amor...yo tengo así mi idea de la noche perfecta, así como la tuya es la de una noche bonita y tranquila...así que...realmente no importa...

*Bajó un tanto su cabeza, con el cigarrillo nuevo en los labios, fumando de este, como tranquilo, pese a que por dentro estaba impaciente completamente.*

Y mientras aquella persona solo podía mirar las llamas del fuego, Abel se disponía completamente a mirarle a él, es que le causaba intriga aquel comportamiento tan misterioso y no por que fuese en el buen sentido, le asustaba estár cerca de aquella persona, le daba hasta cierto punto un aire de incomodidad bastante grande. La forma de actuar que tenía, el cómo sonreía, el como aparentaba mirar a otros pues sus ojos seguían cubiertos por sus negros cabellos, cielos, eso daba absoluta desconfianza.

Escuchó sus palabras y se sorprendió al respecto por ello, era de alguna forma una distinta manera de pensar, pero si aquel hombre realmente pensaba aquello de las cosas, entonces debería de seguir charlando con él como si nada sucediera?.

.- Creo entender un poco su punto de vista, pero... da cierto temor que usted piense de esa manera... bueno, aunque igual, es sólo un punto de vista... no?.

Le notaba aires de tranquilidad, pero Abel por extraña que pareciera la razón no podía sentirse igual, al menos no tanto, pues la personalidad de aquella persona le estaba poniendo nervioso de pronto. Es que simplemente aquella presencia causaba extraños sentimientos incomodos en su ser.

El ambiente se estaba poniendo un poco tenso entre ambos hombres, la desconfianza se respiraba y no había que prestar mucha atención para notar esa sensación, simplemente aquella persona no convencía mucho al albino sobre acercarse o no, cómo lo hacía en otras ocasiones.

Pero algo sorprendió sin lugar a dudas al albino, la cercanía que el otro había tomado tan de repente, hizó que se hiciera hacia atras con pasos algo presurosos, aunque no fue mucho, pero el otro se acercaba con aquel gesto extraño en su boca, una sonrisa que estremecia de lo incomodo que el aspecto ajeno podía ser, Abel tragó saliva nervioso, algo asustado. Observó el cigarro caer, los negros cabellos moverse y dejarse ver un poco aquella mirada, paralizando al albino tras notarla, le recordaba bastante a aquel hombre.... un hombre a quien deseaba olvidar fervientemente.

.- Su-sucede algo malo??....

Cuestionó con cierto temor en sus palabras, como un niño al que regañaran por cualquier cosa que hubiese hecho, trago saliva, sin desear ver más a aquel hombre, retrocediendo lentamente, sin poder mirarle nada.

*Siguió su caminata, rápidamente la distancia fue nula, estaba frente al Albino, que, aunque había retrocedido, no fue suficiente para alejarse de el.
Sin más, ni siquiera contestar, aún, la pregunta que le hizo el joven Albino, tomó ambas muñecas de este con una fuerza brutal, presionando, intensamente, su sonrisa se amplio al tiempo que se acercó, su rostro, al ajeno, acortando igual la distancia, con un ademán retiro su cabello de su rostro, permitiendo al chico ver aquella rojiza y sangrienta mirada infernal, reflejando los deseos, la lujuría y el sadismo que siempre portaba.
Su sonrisa se amplio y con ello, un semblante asesino se mostró, su mirada ahora estaba picada en el joven que sujetaba.*

-Sucede que...joven...te dije que el olor a sangre te traería líos...y para tu desgracia, esos líos...son conmigo...

*Presionó con más fuerza las muñecas, buscando penetrar estas, sabiendo que al sangrar en abundancia era dificil moverlas, igual sabía que el joven era un vampiro, su aroma lo delató antes, y sabía que por perder demasiada sangre no moriría fácil, además, le atraía mucho mantener sufriendo al joven Albino, por lo que se aseguraba no le mataría...*

Siguió retrocediendo, pero le sorprendía que a pesar de eso el otro hombre avanzara hacia si, a tal grado de que finalmente la cercanía de ambos fuera inexistente, casí. Por más que hubo retrocedido no logró escaparse o al menos alejarse a una distancia prudente, entonces Abel se preocupo. Antes de que el albino reaccionara que el otro le tomara de las manos lo dejó completamente sorprendido, pues le estaba lastimando de las muñecas, estaba apretando demasiado y fue ahí donde los nervios comenzaron a invadir de manera lenta el cuerpo pálido del vampiro.

No sabía que decir, sólo un quejido que logró escaparse ante el dolor que le estaban causando aquellas manos, le observó más cerca todavía, viendo aquella sonrisa pintada en aquel rostro, una sonrisa que le estremecía y le hacía temer.... dudar, confundirse, pero no en el buen sentido de las cosas, sino todo lo contrario. Entonces los vió, aquellos ojos de color rojizo, después de todo no estaba equivocado pues estár cerca de aquel hombre sin dudas eran problemas, tenía que buscar la manera de salir de aquel lugar, aquella mirada le era incomoda, le recordaba a aquel a quien intentaba alejar de su mente, a quien intentaba olvidar con sumo fervor. Agacho la mirada, sin atreverse a verlo por más tiempo.

.- Por favor.... no es necesario que intente asustarme para que comprenda.... ni que bromee con este tipo de cosas.... por favor.... suelteme... me está lastimando....nghh...

Volvió a quejarse pues aquel hombre le estaba lastimando, porque realmente deseaba hacerlo, eso asusto al albino, nunca se había encontrado con alguien que deseara ganarle, por ello es que siempre estuvo alejado de todos, por eso se separaba de los demás y andaba solo por las calles, por donde sea... asi nadie le notaba, nadie le dañaba. Volvió de nuevo, quejandose varias veces.

.- Ba...basta... me duele... detengase...

Hizó movimientos desesperados por soltarse, no podía con eso, le asustaba que le hicieran daño y aun más que fuese alguien con una mirada como aquella.

*Su aperlada sonrisa se ampliaba conforme el Albino trataba de safarse, igual la fuerza de su agarre, termino por clavar sus uñas en sus muñecas, causando sangrado de estas sí como entumecimiento, así las manos no se moverían.
Solo le soltó las manos para dejar la sangre fluier y tomar el mentón con la diestra y cabello con la zurda del Albino, con una enorme fuerza, casí pretendiendo arrancarle la cabeza con esto, obligandole a verle, dedicándole su sonrisa más cruel, así como un brillo en su mirar, sanguinario, deseoso de todo dolor.*

-¿Broma?...¿Ves que me este riendo?...

*Soltó el mentón del chico, pero solo lo hizo para dar una cachetada a este, sujetandole el cabello con rudeza, no se privo del lujo de arañar el rostro ajeno con sus finas garras, pues el largo de estas daban alución a eso.
Mantuvo su mirar sobre este.*

-A mi, chico...no me andarás ordenando ¿entiendes?...además, fue tu culpa por andar por ahí derramando el aroma de sangre...se nota que te gusta provocar...¿verdad?...

*Dedico aquellas palabras con un tono cínico y cruel, burlón hacía el joven que sujetaba con rudeza.*

Ver aquella sonrisa le estaba causando aun más temor, y los quejidos no se dejarón escondidos por mucho tiempo, aun menos después de sentir aquellas uñas clavarse en sus muñecas causando bastante sangrado, intentaba mover sus manos pero estás le estaban respondiendo debilmente, no podía dejar que eso pasara a más. La sangre comenzó a salir completamente de sus muñecas entintando poco a poco el suelo, de seguir así no solo Aleister sabia de la existencia de su sangre, había muchos peligros en las calles.

.- nghh....

Se quejó al sentir sus cabellos alados con tal fuerza, mantuvo sus ojos cerrados por el dolor, casí sentía que le cortaría la cabeza o se la arrancaría de tajo. Observó aquella mirada temblando con temor al notar esa y sus intenciones, no sabía cómo había dejado que eso llegase tan lejos, debió haberse alejado desde antes.... desde que sintió esa presencia por las cercanías.... desde que hubo terminado aquella pelea en el bar donde había entrado.

.- n...n....

Iba a contestar cuando "no, no creo que sea una broma" o algo por el estilo pero la bofetada realmente le tomó por sorpresa, nunca le habían pegado, nunca le habían tratado de esa forma o al menos, el no lo recordaba con presición. Sintio liquido en su rostro, era sangre, pequeños hilos carmesí que escapaban de aquellos rasguños. Escuchó sus palabras y le partieron lentamente por dentro... el nunca hubiese hecho aquello a proposito... jamás.

.- No es verdad.... eso que dices.... no es verdad.... ya.... ya dejame... por favor... no tiene sentido que hagas algo cómo esto... no ganas nada...

Dijo intentando de nuevo convencer al hombre de que no le dañara.

*Sin soltar al chico de la cabellera, es más, apretando con más fuerza al Albino, su amplia sonrisa, sádica, sanguinaría, no parecía convencerse con las palabras del chico, y de hecho...no...iba a torturarle , a masacrarlo, a romper su cuerpo y su alma, todo, con tal de divertirse ¿qué le importaba lo demás?.
Lamió su mano con la cual había golpeado al chico, tenía rastros de la dulce sangre de este ante la bofetada, sus rojizos luceros se mantenían sobre el muchacho, escuchaba sus palabras, su petición, que le dejase.
Pero...en respuesta a eso no recibió el Albino más que una cruel risotada...una que reflejaba burla, y no solo eso, el deseo de humillación y de carne, de pecaminosidades. Luego, le emparejo el rostro, nuevamente, le abofeteo, pero esta vez fue sobre la otra mejilla , y empleando su dorsto, igual arañando con aquellas uñas que parecían más garras.*

-¿Qué no gano nada?...veamos...¿qué tal si gano satisfacción, verte llorar, verte suplicar, hacerte sufrir, hacerte rogar, destrozarte, violarte, destruir tu alma y beber toda tu sangre?...eso para mi es ganancia...

*Tranquilamente caminó, en reversa, llevandose al muchacho consigo, ¿a dónde lo llevaba?...simple, a un poste cercano, perfecto lugar para amarrar al muchacho y ¿por qué no?...dejarle ahí sufriendo humillación pública después de todo lo que haría con el sin duda.
Una vez llegado al poste, sin verguenza alguna, azotó la espalda del Albino contra el tubo, sin soltarle del pelo, con suma fuerza, tomándole del mentón con la mano libre.
Le elevó el rostro, comenzando a delinear el cuello del Albino con la lengua, dándose el lujo de rasgar de vez en vez el mismo cuello de este.*