Recreación en privado (Ocupado)

Estaba sentado en una de las sillas de su consultorio, leyendo sobre una nueva enfermedad desconocida que empezaba a extenderse en los humanos y por lo cual los científicos estaban investigando. Así eran sus días, siempre entre libros, centrado en sus estudios y muy esporadicamente salía para beber la sangre de alguien, aunque eso casi nunca ocurría.

Cansado de tanto estudiar se recostó un poco en el sillón donde atendía los pacientes, quedándose algo inmóvil durante un rato largo.

Intentó no reirse de aquello y asintió con el rostro.

-No se preocupe, yo cuidaré de él -murmuró levantándose del sillón y acompañando a la puert al profesor- Luego le devolveré a clase, no se preocupe. Seguro que durmiendo un rato y con unas curas, se le pasará.

Una vez cerró la puerta se volteó y echó a reír.

-¿Qué pasa? ¿Te has hecho daño? -murmuró como si no le conociera de nada- A ver... -fue hasta él y le sentó en la camilla- Esto pinta feo, tendrás que quedarte aquí un rato -levantó la mirada, entreabrió los labios y lamió la herida, tumbándole después en la camilla- ¿Se encuentra bien, señor? -cuestionó frunciendo el ceño y levantando una ceja.

Le miró a los ojos y frunció el ceño de nuevo.

-Pobrecito, quizá tenga algo. Y no te dolerá -murmuró tocando su cabello y poniéndose en pie, recostádole bien. Fue hasta la entrada y cerró con llave, bajando después las persianas- Necesitas estar entre oscuridad, así el dolor por lo general dicen que se calma un poco.

Se acercó de nuevo al chico y le tocó la mejilla.

-No has venido a verme ni un solo día desde esa noche -susurró en su oido pasando una mano por su pecho aún ataviado con ropa- ¿Te ha entrado un calentón y me has recordado de golpe?

Le miró a los ojos fijamente y luego le besó de forma apasionada, indagando en cada rincón de su boca y entremezclando las salivas como dos animales. Tomó su mano y tiró de ella, separándose depsués.

-Tengo muchas formas, pero te daré la más lenta... Me gusta tener a mis pacientes en la consulta, así me ayuda a conocerles mejor -se sentó sobre sus piernas y luego le levantó un poco el jersey- ¿Te duele el pecho? -preguntó inclinándose sobre él y lamiendo uno de sus pezones, succionándolo después.

-Muchas noches he pensado en ti, en tu cuerpo, en tu calor... y en otras cosas -dijo en su oído para luego besarle.

Sus ojos se entrecerraron ante los mordiscos y le dejó hacer, rodeándole mientras con un brazo por la cintura y acariciándole las piernas que se aferraban a él.

-Muchas cosas -musitó tocando su cabello- Lo peor es que sé que te olvidarás de mí en cuanto encuentres a alguien con quen pasar la eternidad. Y sólo seré alguien del pasado, amargado.... -le empujó suavemente a la cama y tras ello le quitó el jersey, besando de nuevo su pecho y suspirando.

-Tan sólo tu olor ya me excita -murmuró pasando a sus pantalones y desabrochando uno de los botones- Así que... Deja que te cure.

Contempló sus ojos unos instantes y luego se dejó acariciar, disfrutando al ver cómo le abría la camisa y se entretenía, saboreando tras ello aquel apasionado beso que le inundaba.

-Como un amo y un esclavo ¿no? -dijo en un tono sarcástico tumbándole de nuevo en la camilla y pasando las garras por su pecho desnudo, desabrochándole de golpe los pantalones y mordiendo debajo de su tripa, cerca de su sexo, sin llegar a rozarlo.

-¿Estás hambriento? -cuestionó relamiéndose los labios.

Se mordió el labio inferior y tras ello frunció un poco el ceño, entrecerrando los ojos y pasando su mano por la entrepierna, por encima de sus pantalones, atrapando su miembro a pesar de las tielas téxtiles que había por medio.

-¿Y yo que soy? ¿El amo o el amante? ¿Ambos? -murmuró en su oído, deslizando su otra mano por el pecho y besando uno de sus pezones, mordiendo y tirando de la suave piel mientras masajeaba su entrepierna con ansias.

-¿Empieza a disiparse el dolor?

Observó su cuerpo desnudo de cintura hacia arriba y sonrió ante sus últimas palabras, frunciendo el ceño.

-¿Y si te lo dijera? -musitó pasando una mano por su estómago y luego subiendo por éste, bajando de nuevo e introduciendo la mano en sus pantalones para comenzar a acariciar su sexo, sin ser demasiado brusco, tan sólo dándole un dulce roce que seguro que el chico disfrutaría.

-¿Cómo has estado este tiempo? -preguntó de pronto sin dejar de mover su mano y besándole la frente- Estoy intentando ser cortés -murmuró con una sonrisa.

-¿Hablar? No me gusta demasiado hablar... Yo ya te lo he dicho, respóndeme cuando te apetezca -susurró deslizando los dedos por el tronco de su miembro y apretando muy suavemente- ¿Aburrido? Podías pasar a saludarme o escribirme carta de amor como hacen los humanos. No lo tienes prohibido. Hay que controlar tus heridas, tu estado de ánimo, si te haces daño... -musitó besando su pecho.

Se apartó un poco de él y se sacó las botas, la camiseta completamente y los pantalones, volviendo a ponerse encima de la camilla y deslizando su lengua por el abdomen.

-¿En qué parte exacta quieres que te cure? -musitó mordiendo su entrepierna por encima de la ropa.

Miró su rostro lleno de placer y suspiró placenteramente, mirando alrededor unos instantes, como si se asegurara de que allí no había nadie más. Volvió a morder en su entrepierna y tras ello estiró unos pantalones, abriéndolos y bajándolos un poco.

-Parece que empieza a gustarte -acarició el sexo por encima de los boxer, con ansias, lamiendo el recorrido de su miembro y apretando con los dedos sin tocarlo directamente- Me excitas. Sólo mirarte haces que me ponga duro... Maldito alumno -sin decir nada más comenzó a masturbarle con mas ansías, aún por encima de su ropa interior.

-Quiero que gimas y me pidas las cosas.

Besó su abdomen y se puso a morderle debajo del ombligo, tirando de la piel del muchacho ayudándose con los colmillos, disfrutando de aquello tanto como lo gozaba su acompañante.

-Así me gusta, pide las cosas -metió la mano dentro de la ropa interior, sin quitársela y comenzó a acariciar muy poco a poco, pasando los dedos por la fina piel de su sexo, sobretodo en la punta, sn dejar un momento de besarle en su estómago.

-Tienes buen sabor... -comentó apretando con la mano libre sus testículos y la otra empezando a acariciar a un ritmo algo más rudo

Echó a reír con sutileza y se acercó a él.

-Pero si aún es temprano, ni tan siquiera he termiado de tocarte... -murmuró relamiéndose los labios. TOmó su barbilla y levantó su rostro, tirando tras ello de su mano y sentándole en la camilla para tocar su mejilla y besarle de nuevo- Sé un poco romántico ¿no? Parecemos conejos...

Apretó los dedos a sus caderas y pasó los dedos por su sexo.

-Aún no estoy lo suficiente excitado...

Observó sus ojos una milésima de segundo y luego besó sus labios, primero de forma lenta y luego terminó por introducir la lengua en su boca, saboreando cada rincón de su cavidad bucal.

-Nada del otro mundo... -contestó ante su última pregunta. Tomó al muchacho de las caderas y con una mano rozó su sexo, dejándole en paz por unos minutos y pasando a besar su cuello con extrema sutileza.

-Sólo... -tomó cuidadosamente su mano y la colocó en su propio sexo, haciendo que le tocara por encima de sus boxers- Trátame con cuidado, cariño y ya verás qué pronto me pongo.

Se tumbó en la camilla y colocó al chico al revés de él para hacer el 69.

Mientras tanto se apoyó con un codo en la mesa y con la otra mano entreabrió sus nalgas, deslizando la lengua por la entrada.