Junto a la tumba de Alfons (libre)

Un mausoleo. Era largo, y hondo, con unas escaleras muy enclenques, pero la estructura que frente a mi se mostraba, era de una imponente arquitectura, muy antigua, de un estilo mas bien bizancio, pero con ese aire aristocratico puro de Alfons.
El lugar parecia mas animoso, estaba lleno de flores por todos lados, multiples colores, coronillas de ramos con su nombre y varios y cientos de botones cerrados. Fotografias, que daban vida a su puro recuerdo.

Era de esperarse, Alfons habia perdido las caracteristicas de su largo linage, pero en su testamento estaba el descanzar junto a su querida casta, pero muy por el contrario, su profesion de artista, mas aun famoso, irrumpia en aquella sensacion de muerte, dando a ese sitio más bien el aspecto de alguien talentoso y moderno.

Me abro paso entre algunas personas, siendo yo el unico intruso en ese lugar, algunos medios de prensa, pero la verdad no importaba, a quien reconocia era... su manager, pero de apoco, ese lugar fue perdiendo color, dejandome a mi entre las sombras arrodillado en su tumba.

-Gracias...- Musité en voz baja sobre un cajon, sabia que su cuerpo era cenizas y alli estaba mas que el vacio.
-Gracias por salvarle... el es todo para mi.. muchas gracias Alfons... - Dejando sobre su tumba un anillo descarado, algo muy antiguo.
-Fuiste un muy buen esposo...-

El lobo negro, silencioso, contemplaba desde lejos la escena. Se habia acercado movido por el recuerdo de que aquel vampiro, dio su vida para salvar la suya, aumentando considerablemente sus poderes y su capacidad. En verdad, no se sentia comodo con ello. En verdad no deseaba que el muriera.. aquel.. "por que me caes bien.." le habia calado hondo.

- No debistes dar tu vida por alguien como yo..-

Murmuro bajo sin que nadie pudiera oirlo, vestido elegantemente con un smoquin negro y su cabello cuidadosamente recogido en una coleta. Sus enguantadas manos, sostenian un ramo de rosas rojas. Era cuanto podia hacer por el. Esperaria que Meith terminara para entregarlas como ofrenda a la tumba.

- lo lamento Alfons.

Una expresión algo vacia, vaga temblaba en mis ojso, sacudiendo con mis manos, la sensacion de llanto. Había cierto dolor, al final, había compartido tantos años con el verdadero Alfons, aquel principe de raros gustos y exquisita voz que me acompañaba batalla tras batalla, lugar tras lugar, como mi incondicional.

Suspiro largamente mencionando ciertamente unos pasajes que recordaba, palabras que el me habia dicho.

-No tenemos la obligacion de seguir con vida, y nuestras espaldas heridas piden piedad, sobrevivimos... pero todo lo que vemos es traición..-

Me deprendo de las ultimas palabras apegandome al cajon y llorando en voz baja.

Le miro en silencio sintiendo como si apretaran su corazon con una garra metalica. Avanzo despacio hasta el ataud y dejo las rosas. Miro a Meith unos segundos estudiando sus acciones. Como lloraba por aquel que le maltrataba continuamente.

- lo siento.., fue mi culpa.., te pido perdon..-

Dijo simplemente consciente de que era culpa suya. Le dio la espalda alejandose de ahi sin añadir nada mas. Necesitaba desahogarse y estar solo con "Alfons" asi que el le dejaria en paz.

Escucho su voz, aquella voz grave que tanto me agradaba, esa hermosa y armonica voz de tonos graves de aquel licano, sujeto su mano antes de que se aleje, y lo miro a los ojos.

-No te vayas... - Suspirando algo tembloroso con las mejilas mojadas.

Trago saliva y bajo la mirada.

-Quedate porfavor... yo .. necestio compañia.. solo un momento talvez..-

Le miro sorprendido y asintio, se agacho a su altura, rodeandole suavemente con sus brazos, pegandole contra su cuerpo para envolverle con su calor. Beso sus cabellos con delicadeza y lo acuno contra si. Buscaba darle el apoyo que necesitaba. Miro la tumba sintiendose extrañamente triste. Aun que no entendia exactamente por que.

Mis ojos estaban vacios, estaba recordando lamentablemente, los bueno momentos que añoraba y me hacian sufrir, ¿Como era posible que hubiesemos cambiado tanto y abandonado todo?

-Gracias... muchas gracias..-

Sin separarme, temblando ligeramente bajo el, llorando en su pecho.

Paso silencioso sus dedos por su espalda, sin apartarse de el. No entendia por que de pronto añoraba tanto a aquel que lo habia torturado, dañado, casi arrancado a sus bebes. No sabia que pasaba por la cabeza de Meith, en cierta manera le dolia, pero no era momento ni valia la pena hacer una pataleta de celos por alguien muerto. Suspiro largamente con expresion algo triste. Miro a Meith acariciandole la espalda.

- No pienses mas amor, estoy aqui, estoy a tu lado, te amo.....-

Sus palabras y sus caricias me relajan, y de a poco calmo el llanto por un respirar pausado aunque algo acelerado, aferrandome a él con fuerza, ocutando mi cabeza en su cuello y mirandole con los ojos enamorados, aun mas, como un niño indefenso.
Subo mis labios hasta su menton, avergonzado, y deposito un suave beso alli.

-No.. no me dejarás?... no me odiarás...- Mirandole con ojos sinceros y esperando que sus lindos labios se muevan.

Le miro sorprendido, sus dedos pasaron lentamente por encima de su rostro, quitando de delante de sus ojos aquellos cabellos. Se inclino besandole despacio, cerrando los ojos, deleitandose con el sabor de sus labios, sintiendo nuevamente su corazon latir con intensidad. SUspiro sobre estos apoyando su frente en la de el con los ojos cerrados. Los abrio lentamente mirandole con absoluta adoracion. Habian superado tantos problemas.., tantas cosas..., realmente deseaba que todo aquello no hiciera mas que fortalecer aun mas su amor y relacion.

- Jamas te dejare mi vida...., eres mi mundo, eres cuanto me importa y mueve.....-

Lo abrazo contra si con fuerza, tomando su aroma despacio. Ese aroma que tanto amaba.

Sujeto su mano pegandola a mi mejilla, besandola con amor, estaba tan débil, triste, pero aún asi, después de todo... ¿Él me había perdonado?, No estaba seguro, nada seguro, y a causa de ello temblaba con miedo.

-Yo.. lo... siento tanto...-

Me dejo oler mirandole enamorado y atento a sus moviemintos, haciendo la acción de inhalar con jadeo, levemente sonrojado.

-Baal.. me haces sentir tan indefenso... que... solo tu puedes cuidar de mi.. me siento como un niño... - Me escondo en su pecho ante la verguenza.

- Que sientes mi vida?-

A decir verdad no habia vuelto a pensar en ello, ahora estaba completamente concentrado y centrado en su amado. Su corazon palpitaba intensamente cada vez que le sentia cerca, abrazandole.

- Entonces asi lo hare, te protegere y no permitire que nadie te dañe.., te amo Meith, te amo como no he amado a nadie...-

Acaricio suavemente su rostro, se inclino sobre el, lo beso suavemente primero y despues un poco mas intensamente, abrazandole posesivo y protector.

Gemí un tanto, fuerte, entrecortado y travieso, inconsientemente dejandome llevar por aquel hombre que me enloquecía y me hacía tan sumizo. Me aprete a él, mirandole con los ojos entrecerrados, levemente sonrojado, abriendo mi boca para darle accezo a su lengua, mientras mis ojos derramaban unas ultimas lagrimas.
-Te.. amo... - Dije jadeante sobre sus labios, desviando la mirada, avergonzado de mis acciones.