"Jardín de las Delicias" (Libre)

La niebla se filtraba entre las calles, e impedía que la débil luz del amanecer se abriera paso entre la densa bruma. Se oían pocos pasos a esa horas, y algunos eran escalofriantemente fugaces y ligeros… casi como la propia niebla. Pero aún así, aunque este fuera su lugar de trabajo, Eyael no tenía más opción que abrir un día más su floristería.

Un día más donde se ocultaría entre las hojas y flores de su tienda; un día más donde los seres oscuros harían lo que querían a quien querían…

Suspiró, y dio la vuelta al cartel de la entrada “CLOSE” a “OPEN”. Aunque dudaba que alguien vieran realmente si había abierto con esa niebla. No… corrección: dudaba seriamente que hubiera alguien al que le interesara las flores a estas horas. Habría alguien, siempre había alguien, pero no le interesarían las flores… no, eso no era humanamente posible.

Se apartó de la puerta de la tienda con un escalofrío… ojala pudiera atravesar la barrera. Este sitio no hacía sino hacerle vivir con un miedo constante.

Se estremeció de nuevo, y decidió centrarse en las plantas, tal y como debía.

Lo primero era recogerse el pelo en una coleta baja, y atarse su pañuelo negro sobre este, para ocultar su extraño color. Luego se ataba el delantal, para no marcharse demasiado, y finalmente se ajustaba unos guantes en sus manos, para protegerse de las espinas y ramas.

Una vez listo, empezó a revisar las plantas, sorprendiéndose una vez más de la fortaleza de estas, al crecer en una ambiente tan… asfixiante.

-Al contrario que yo… - susurró por lo bajo, con una leve sonrisa de resignación.

Fue cogiendo las flores más alegres y vistosas para colocarlas afuera, en la calle… luego más tarde los niños se pasarían por allí y se maravillarían con el color de estas.

Con ese alegre pensamiento rondando por su cabeza, se apresuro a realizar su trabajo… realmente no le gustaba nada estar en la calle a estas horas… ¡maldita niebla!

Camino por aquellas calles desiertas, pareceria una estupidez para algunos, pero en dias como aquellos se sentia demasiado inquieto, era como si algo fuera a pasar, era como si pudieran vovler a arrebatarle lo que mas queria en dias como aquellos,asi que solo andaba por las calles, intentando no pensar, o simplemente realizar el acto heroico del dia si era necesario.
Ando por aquellas calles viendo como los locales abrian lentamente sus ventanas y empezaban a fanear, hasta que se fijo en aquel lugar, acaso era nuevo?, hacia tanto que no andaba por aquel lugar que era posible, asi que decidio acercarse para ver, viendo al dependiente salir del lugar.

Buenos dias, nunca habia visto esta floristeria.....es nueva? - Sonrio amablemente fijandose en las plantas que este sacaba.

Casi pego un brinco por la sorpresa. Había estado tan absorto en sacar las plantas que cuando apareció ese chico por poco no se carga una maceta del susto.

-¡Oh!...- se enderezó, intentando sujetar bien la maceta, y sonrió con nerviosismo al recién llegado. Su mirada paso vacilante de la floristería al joven, y del joven a la floristería. -Eh… si, bueno, hace poco decidí abrirla… este lugar necesita un poco más de vida- murmuró lo último más casi para sí, con pesar, mientras dejaba la maceta en el suelo.

Pero él bien sabia que esa no era la única razón por la cual la había abierto.

Se quitó los guantes, notando enseguida el frescor de la mañana sobre sus manos, así que se las frotó, y sonriendo un poco más tranquilo a su silencioso visitante le preguntó:

-¿Le gustan las flores?-

Umh....si asi es, siempre dan un poco de brillo al lugar en el que se encuentran y este ligar esta iluminado por lo que puedo ver... - Sonrio mirandole con una mirada llena de melancolia- Necesitais ayuda?- Habia visto como se habia asustado antes, y quizas aun era demasiado temprano para dejar a alguien tan asustadizo solo en aquel lugar.

“Este lugar esta siempre iluminado…” citándolo mentalmente le pareció una gran ironía. Pero su sonrisa no era para nada sardónica o burlona… y una pequeña chispa de compasión se encendió en su alma… una chispa que enseguida se apresuro en apagar.

“Si, este lugar rebosa de luz” no pudo evitar pensar, suspirado mentalmente.

El Edén si que estaba iluminada… pero no por una luz fuerte, cegadora, no; era una luz calida, familiar, que te acariciaba la piel y la tonificaba… casi parecía tener vida propia. Pero tal como estaba ahora jamás se atrevería a volver, con su vergüenza y miedo como lastre jamás podría volver pisar un lugar tan puro.

De repente, su ofrecimiento le alarmó.

-¿Ayuda?- repitió en un parpadeó. -¡Oh, no!- se negó a toda prisa con la cabeza, con una sonrisa que pretendía ser ocultada pero que no podía ocultar su nerviosismo. -Jamás podría hacer que alguien realizara mi trabajo, por favor- dijo poniéndose otra vez los guantes. -Además, algunas de las rosas tienen espinas muy grandes, y seria una desgracia que se hiciera daño…- justificó, tragando saliva al imaginar que sustancia roja saldría de debajo de su piel si se hacia una herida.

Pero como no quería parecer un perfecto grosero se dio la vuelta y cogiendo un clavel rojo se lo tendió con una leve sonrisa.

-Tenga esto a modo de agradecimiento- sonrió.

La maldita niebla serpenteante le estaba poniendo de los nervios… quería entrar en la tienda cuanto antes.

Umh..... comprendo, vio su nerviosismo y mio a su alrededor, no sabia qu ele pasaba, pero su estado se estaba metiendo lentamente en sus nervios, poniendose alerta- Umh realmente pensaba que quizas podriais atenderme cuando terminarais de recoger, me gustaria llevar un ramo de flores a unos amigos, podriais recomendarme algo en especifico? son unos amigo sque hace mucho que no visito, y.....algo mas personal tambien.

-Oh, si es eso te puedo atender ahora mismo- respondió con alivio. -Por favor, sígame- le invitó a entrar dentro de la tienda mientras le iba hablando:

-No sé los detalles de su amistad, pero ha existido desde siempre un lenguaje a la hora de regalar flores… cuidado con regalar una flor amarilla, porque es símbolo de desprecio. Las rosas amarillas suelen asociarse con los celos y la infidelidad… Y puede que no sea ese el mensaje que buscas transmitir- sonrió levemente, permitiéndose una leve broma ahora que estaba dentro de la tienda, donde se sentía seguro, rodeado de sus amadas plantas. -En cambio, regalar rosas rojas es un símbolo internacional de amor. Expresan amor y pasión, sin embargo, un ramo de rosas blancas y rojas significa mezcla de sentimientos hacia la persona que las recibe, luego están las rosas rosadas significan agradecimiento y aprecio- mientras iba explicándoselo se lo iba señalando todo. -La orquídea representa belleza, dulzura, sentimientos sublimes. Adoración por esa persona. - su sonrisa se acentuó, esperando que ese fuera el nivel "personal" del que hablaba.

-El Clavel es símbolo de pedida de matrimonio, mientras que el Girasol, es otra flor que se asocia con la pasión, ahí ya es cuestión de tu propio gusto- se encogió de hombros el angel. -El significado es el mismo… y a ver, ¿qué mas?- miró a su alrededor. -¡Ah! La Madreselva simboliza la unión y representa el amor más generoso… pero si buscas algo menos… unificador, puedes regalar un narciso, pues se la considera una flor de buen augurio y simboliza el envío de suerte favorable a la persona obsequiada.-

Podía haberle dicho mucho mas significados de las flores, pero tampoco quería marearle… ni liarle. Era una mala costumbre suya la de emocionarse cuando hablaba de las flores y sus significados…

Bueno supongo que para mis amigos estaria perfectamente bien el narciso, hace mucho que no les veo y son amigos muy apreciados, para mi Nicolai.....al que represente...mi profundo pesar, quiero....quiero pedirle disculpas y decirle que aun lo quiero, aunque no este aqui....una flor que dure, por si no pueod ir a su tumba durante algun tiempo, no se si me explico...- Sonrio tristemente mirando las plantas una a una, habiendo escuchado en silencio toda su explicacion- a veces, no se expresarme demasiado bien, soy algo idiota, asi que si no entendeis algo...intentare explicaroslo de mejor forma....

Asintió complacido con la idea de regalar los narcisos, pero se estremeció al oír lo último. Vaya… eso no se lo había esperado.

-Lo siento… … …- interiormente rezó por el bienestar del alma del pobre joven, mientras miraba, tenso, las flores de su tienda, buscando alguna que cumpliera los requisitos. -Mucho me temo que las flores necesitan casi tantos cuidados como las personas para mantenerse vivas y que su belleza perdure… sin embargo, le puedo dar dos que seguro que su amigo agradecerá… un ramo de Pensamientos, o de Nomeolvides. -sonrió con tristeza. -creo que con los nombres que tienen sobran las explicaciones de su significado.-

De repente, llevado por un súbito impulso cogió una mano del chico, que le pareció fría pero a la vez suave, y le susurró:

-No te preocupes si no vas a verlo muy a menudo… son los sentimientos lo que importan- se lo quedo mirando unos segundos, hasta que le soltó de bote pronto, como si le hubiera sacudido una descarga eléctrica. -Perdonad mis confianzas…- tosió, incomodo. -Bien, ¿cuál prefiere?-

Sonrio levemente con los ojos algo llorosos, asi que daba tanta lastima como el pensaba, casi parecia comico, sintio el tacto de la mano del chico y como le solto luego presuroso- Creo que me llevare ambas, pues es mis pensamientos y mis recuerdos, doy tanta pena como pienso que doy?.... - suspiro mirando a otro lado.- Sean narcisos para mis amigos y ....las demas,demesla tambien, en un lazo azul celeste...por favor..era su color favorito...- Sonrio con la misma melancolia de antes acariciandole levemente el pelo- Eres un buen chico...

Suspiró, levemente sorprendido por sus palabras.

-¿Qué tiene de malo echar de menos alguien querido?- musitó por lo bajo, reprendiéndose poco después. Estaba traspasando los límites que se había puesto entre cliente y vendedor. No podía profundizar tanto con los clientes…

-No se preocupe, lo tendrá todo como lo ha pedido- respondió profesionalmente, sin embargo, antes de darse la vuelta, el joven de cabellos no tan distintos a los suyos, le cogió un mechón suelto que se había escapado de debajo del pañuelo y le dijo tales palabras…

Con un leve tirón de su cabeza se soltó, sintiéndose tremendamente incomodo por lo que había dicho. ¿Él, buena persona? Una buena persona no huía de los problemas y de las personas en general.

Se rió levemente, negando con la cabeza, dándole a entender que se equivocaba, mientras se apresuraba a coger las flores pedida con gran mimo y componer los ramos solicitados.

...ese chico... si que era una buena persona.

De verdad no lo creeis, no creo que alguien que trate con tal mimo a otro ser vivo como son todas estas plantas, pueda ser verdaderamente mala persona, sois un chico amable y servicial, no sois malvado y yo he visto mucho mal te lo aseguro, eres bueno en tu trabajo.....gracias.. - se quedo mirando las plantas y tomo un par de ellas que veia un poco mal colocadas, poniendolas en orden y ayudando en la tienda mientras el otro atendia, no diria nada de como se habia quitado de su tacto, a veces habia gente que no le gustaba ser tocada, lo comprendia, quizas el tambien se habia excedido.

-…- prefirió no desmentirle. Era un chico tierno, y él solo un triste cobarde. Además… por muy falso que fuera… no dejaba de resultar inquietamente reconfortante que alguien pensara así de él. Soltó un suspiró, tan largo y suave como el lazo que estaba poniendo al ramo tan especial para el joven…

Cogió los ramos con sumo cuidado y se los tendió mientras le indicaba el precio.

Lo miro con atención mientras rebuscaba el dinero, y quizás, alumbrado por una de las visiones que eran otorgados a veces a los de su raza, murmuró:

-Eres muy joven todavía para albergar tanta tristeza… estoy seguro que si te esfuerzas podrás encontrar la felicidad nuevamente junto a otra persona- le intentó animar.

Tienes razon, aun soy joven....pero..no se si la felicidad esta hecha para mi.....mi estado de animo no es tal, como para aportar nada a nadie, no creo que nadie se fijara en mi, ni me siento preparado para fijarme en alguien, estoy de luto....y no se cuanto tiempo estare asi.....por que soy demasiado cobarde como para ir a su lado....- suspiro largamente mirando un par de rosas rojas- soy un cobarde...-Sabia que el chico estaba intentarlo animar, pero se sentia tan miserable en momentos como aquel, que no sabia que hacer, haciendo esfuerzos por permanecer con una suave sonrisa en el rostro.

Se mordió el labio inferior… lo que iba hacer ahora lo llevaría a denominarse durante unos cuantos años como el rey de los hipócritas.

-Lo primero que debes hacer sin dudar es cambiar esa actitud… -suspiró. -Y también pongo en duda que nadie se fije en ti- se permitió esbozar una leve sonrisa mientras decía:- Un chico de tan buen ver como tu no pasa fácilmente desapercibido… de hecho, te aconsejo que tengas cuidado, no vaya ser que se aprovechen de ti ahora que eres tan…vulnerable- se llevó una mano a la cabeza, como si no diera crédito de que el chico no fuera consciente de su propia belleza.

Aprovechó para girarse, y cogiendo una de sus camelias rojas se la tendió y dijo:

-Toma, esta es regalo de la casa… ¿sabes que significa en el lenguaje de las flores? -hizo una breve pausa teatral- …Significa reconocimiento, concretamente: “eres un encanto”- sonrió. -No dejes que esta niebla inunde tu corazón…-

No tienes que ser tan condescendiente conmigo, pero gracias por el gesto, si puede que sea atractivo, pero eso no lo es todo, aunque sea vulnerable y un idiota, no quiere decir que cualquiera pueda ser mi pareja......soy demasiado....tonto, como para que alguien .....dejalo son cosas mias.... - Tomo la camelia con una ligera sonrisa y se acerco al chico para colocarsela gusto en el pelo con gran habilidad- no tienes que fingir nada, tu tambien eres un encanto...y tampoco has de dejar que esta niebla inunde tu corazon, por que me parece que de los dos el que peor lo esta pasando eres tu no es asi chico?......no todas las personas hacen daño, pero si las rehuyes, nunca averiguaras cuales pueden ser tus amigas y cuales no...

Se sonrojó levemente ante su gesto, tornándose sus mejillas tan rojas como la camelia que ahora adornaba su pelo, pero con un gesto de instintiva protección, se llevo la mano al pecho y retrocedió un paso… como si temiera que sus palabras le alcanzaran… ese chico… lo acababa de conocer y ya parecía un libro abierto para él… bueno, no era tan abierto, pero realmente le aterrorizaba… si en estos minutos que había estado hablando con él ya se intuía eso de su persona, no quería imaginarse lo que descubriría si lo volvía a ver…

¿Quién era? Y más importante aún… ¿qué era?

Lo miró con cautela… pero finalmente no pudo sostener su mirada, y dejando vagar sus ojos por su tienda comentó:

-Si no quiere llegar tarde para ver a sus amigos debería irse ya… - aconsejó, con voz queda.

Me temo que es posible que no vaya, no me atreveria, ademas aun es temprano......no quiero interrumpir en su casa sin mas,seria descortes, tengo la mala costumbre de llegar en los momentos mas inadecuados.......- Suspiro tomando las flores y mirandolas durante un largo silencio acariciandolas suavemente- Siento haberte molestado, esa tambien es una de mis miles de caracteristicas....hago que te sientas incomodo cierto?

-Hmmm… comprendo…- se dio media vuelta para seguir atendiendo las flores, y así no se reflejaran los sentimientos de su rostro, mientras iba quitando hojas dañadas, o daba algún riego si la tierra estaba demasiado seca.

Le miró de reojo, con lastima… parecía un cachorro abandonado… y suspiró para sí… NO debía traspasar la línea… él era un cliente fortuito, nada más…

-Eres… bastante sincero y perceptivo, nada más- negó con la cabeza, como quitándole importancia. -No son malas cualidades, pero dependen de la persona- añadió esquivando sutilmente su última pregunta.

Veo que ciertamente te molesto, sera mejor que me vaya, yo....no soy demasiado perceptivo, bueno no lo era, mi hermano si....supongo que se me habra pegado...lo de sincero lo soy de nacimiento, sincero hasta la medula, te hago perder el tiempo, lo siento... -Dejo el pago de las flores por alli, parecia un estupido intentando quedarse alli mas tiempo, acaso le daba miedo enfrentarse a sus amigos o quizas era el sentimiento de culpa al visitar la tumba de nicolai, o quizas era volver a andar solo por las calles hasta quien sabia cuando.

Un pequeño pinchazo de culpabilidad inundo su pecho… y no era el primero. Desde que había llegado y se había auto impuesto no relacionarse con las personas más de lo debido, siempre, cuando se repetían estas situaciones, se lamentaba, pero a la vez se aliviaba, de dejarlos… solos y perdidos. Y tal como llegaban, se iban…

Además, ¿qué podía hacer él? Solo era un ángel cobarde que ya no podía curar, regente de una floristería. Nada más…

Sin embargo, esta vez…

-… puedes venir a visitarme más veces si quieres, no eres una molestia…- se dio ligeramente la vuelta, para mirarle a la cara, mientras se tocaba la camelia de su pelo.

Eso es, que le visitara no tenía nada de malo... solo era un cliente con el que se llevaria bien, nada más.

Gracias, vendre, para...comprarle mas nomeolvides para nicolai-Suspiro caminando hasta la salida- Supongo que nos volveremos a ver....disculpa las molestias, se que puedo ser algo estupido....un placer haberle conocido...

Se mordió el labio inferior: si el chico ya estaba bajo de ánimos, creo que él mismo acaba de tocarlo y hundirlo…

“¡No! ¡Me niego relacionarme!” pensó una parte de él, aterrada ante la idea de detener al chico para que no se fuera y animarle un poco.

“¿Qué daño podría hacerme?” dijo otra parte de él, en pleno debate consigo mismo.

“Ya te quedaste sin recuerdos y poderes de curación, ¿qué más estas dispuesto a sacrificar? ¿Tus alas, tu alma, tu vida?” cizañeó la insidiosa voz de su interior.

“¡No! Yo solo… yo solo…” bajo la mirada.

De tal forma que tras esta discusión, solo esta frase salió de su boca:

-El placer ha sido mío… vuelve pronto-

Sonrio ligeramente antes de asentir y simplemente salir por la puerta, mirando alrededor ya fuera, donde deberia ir ahora, que deberia hacer, quizas lo mas sensato era ir a ver a su amigo, pero iria a pasear, andar le despejaria un poco la mente.