Bebiendo un poco de café. (libre)

*El joven caminaba tranquilamente por las calles de aquel pueblo aún desconocido aún para él, portando como único equipaje una gran espada de inigualable belleza, que ocultaba entre los pliegues de su capa negra, la cual ondeaba ante la suave brisa de la tarde. Sintió un poco de sed, así que se detuvo frente a una pequeña cafetería que encontró en su caminata. Decidiendo que no tenía nada qué perder, entró al establecimiento, procurando no hacer mucho ruido ni incomodar a ningún cliente. Tomo asiento, pues, en una mesa un tanto alejada del resto, cercana a una ventana, y dejó su espada, envuelta en su respectiva funda, recargada en la esquina.

Mientras analizaba cuidadosamente el menú de postres y bebidas, se apartó el cabello negro del rostro y suspiró. Al final, se decidió por un café, realizó su pedido y esperó pacientemente a que le sirvieran su bebida, mientras miraba por la ventana a las personas que transitaban afuera*

Aquel día su profesor le había pedido que ayudara en una cafetería no muy lejos de donde se encontraba por lo que nada más llegar al lugar habló con el dueño y este le guió hasta la cocina, allí ya preparado con la ropa adecuada saludó a los que serían aquel día sus compañeros y se puso manos a la obra con varios platos y algún que otro postre deteniendose para que reposase el tiempo estimado para que estuviera en su punto.
Cuando terminó varios de los postres tomó las bandejas para llevarlas a la barra y después al expositorio de al lado de la puerta como le habían ordenado para que así la gente pudiera ver lo que podrían tomar aparte de como postre como una ligera merienda o un acompañamiendo de un café, cola-cao, té, etc.

- Jefe esto ya está - avisó dirigiendose nuevamente a la barra donde estaba un ocupado hombre. Cuando iba a dirigirse nuevamente al interior de la cocina le detuvo posando su mano en el hombro pidiendole que le ayudara un poco en la barra.

Él solo se encojió de hombros y quitandose el sombrero típico de los chef atendió a varias personas en la barra, entonces una de las baristas le pidió que llevara un café señalandole con uno de sus dedos a un muchacho sentado cerca de una de las ventanas del lugar, por lo que tomando la bandeja con el café en el mismo se dirigió al pelinegro.

- Buenas tardes, aquí tiene su café - dijo con voz tranquila y media sonrisa - como buen trabajador a cara al público que era - dejó la taza sosteniendola del pequeño plato que le acompañaba en la mesa delante del joven a una distancia prudente para que no callera al suelo o se vertiera el contenido por algún brusco movimiento.

(off: Espero no molestar ^^'')

-Gracias, buenas tardes..

*Un jovencito le llevó su taza de café después de algunos cuantos minutos de espera. Cuando el muchacho se acercó, lo miró fijamente, mientras que lo veía depositar la taza rebosante de aquella bebida delante suyo. Tomó con delicadeza el recipiente y bebió un poco de café, deleitándose con el sabor del mismo. Siguió mirando al jovencito detenidamente, y le hizo una sutil seña con la mano para que se acercara*


-Disculpa, ¿serías tan amable de traerme una rebanada de pastel de chocolate, por favor?


*Preguntó, mientras dejaba la taza sobre el pequeño plato y entrelazaba los dedos de ambas manos sobre la mesa, observando al joven*