Dando una vuelta por el lugar *libre*

Aburrido como estaba no se le venían a la mente muchas opciones sobre que hacer para pasar el rato, pero sentado en su habitación como estaba no se iba a divertir absolutamente nada, soplo un mechón de su cabello que caía casi sobre uno de sus verdes ojos y salió a conocer el nuevo lugar en el que se había asentado… conocería primero la escuela y con suerte algún sabroso alumno…

Caminó un rato por las aburridas instalaciones del lugar… por la hora no había nadie, solo el silencio en aquella clara construcción y el fuerte sol de pasado el medio día.

Decidió sentarse aburrido en una de las bajas bardas del lugar, a la sombra de uno de los edificios donde seguramente todos se encontrarían tomando clases en ese momento –Almenos no soy el mas aburrido en este lugar – Dijo con una sonrisa amplia en su rostro, pues en los salones los alumnos estaban aburridos a morir… lo sabia pues podía escuchar sus pensamientos, sentir el aburrimiento ajeno en el mismo. Bufó aburrido y se recostó en aquella barda mirando el cielo sin nubes hasta escuchar algo… ¿unos patines?, se sentó de nuevo mirando a un joven peli-azul… sonriendo ligeramente malicioso al verlo – Vaya… por fin alguien – Dijo en tono alto para que aquel joven el escuchara y se acercara… pues el no tenia ánimos de levantarse

Aquel chico tenía apariencia de ser bastante joven y además humano, parecía que después de todo no había sido en vano aquel viaje a aquella aburrida y “solitaria” escuela… le miraba desde abajo -aun sentado- con una mano en al frente, tapándose de los rayos del sol que quedaba justo detrás del peli-azul de ojos llamativos.

- ¿Que quien soy?… podría hacerte la misma pregunta a ti niño – Le contestó con una sonrisa “amistosa” en apariencia, aun mirándole hacia arriba - Soy muy viejo para muchas cosas – Le sonrió divertido… o más bien burlón, el hecho de que aquellas palabras fueran verdad le daba gracia… “Que deliciosa ironía” pensó.

- ¿Quien eres? – Preguntó con un tono mas serio y seco, casi demandando saber quien era ese joven… aunque en verdad un nombre no significaba tanto para el como para un humano, su visualización de las cosas y el mundo era mucho muy diferente a la sencilla mente humana

- ¿Hacer lo mismo?... claro “niño” – Dijo enfatizando la última palabra imitando la sonrisa de aquel joven de cabello azul – Alexiel – dijo también imitando el tono cortante y frío del otro, bajando su mano de su frente para dejar de taparse el sol.

- Tu… no estas en clase… - Dijo aun sonriéndole de forma quizás cínica, quizás hipócrita, sus expresiones siempre eran difíciles de descifrar – ¿No eres de la escuela tampoco?... o simplemente eres muy flojo como para entrar – Dijo con un tono “amistoso” fingido y dedicándole una sonrisa, quizás para enfatizar que aquellas palabras se las dedicaba para molestarle.

- um!... que mal ejemplo – Agregó con tono algo decepcionado, claro que también fingido.

Le miró tomar asiento "junto" a el con una expresión que a cualquiera le hubiera parecido curiosa, mas para el solo era un juego de gestos, mera imitación de las muecas humanas... pues sus endemoniados sentimientos propios estaban algo atrofiados, por lo que para el era mejor imitar los de los humanos o seres que le rodearan.

- Comprendo... - Dijo como si en verdad no le hubiera escuchado, pero en realidad si le comprendía, como el demonio que era ya había vivido mucho tiempo y las cosas que impartían en una escuela como esa sencillamente eran risibles con su nivel de conocimiento... aunque para un humano tan joven era algo de admirar, aunque de parte de el no obtendría esta admiración.

- ¿Cafetería?... suena bien - Dijo levantándose de su asiento, siguiendo al niño, notando que el era bastante mas alto que el de cabellera azul.

Miró de reojo al chico de cabello azulado... era su imaginación o el parche lo tenia en el otro ojo?, al carecer de aquello que los humanos llamaban imaginación era muy obvio que aquel niño se había cambiado el parche de ojo - No sabia que usar parches fuera una moda... - Dijo secamente, sin prestar mucha atención a aquello, pues no es que en verdad le interesara.

Siguió caminando junto al chico, sin mostrar ningún tipo de especial interés en el, sin intentar hacer conversación estúpida de relleno como los humanos siempre hacían... hasta llegar a la casi vacía cafetería... se notaba que era hora de clases.

- Es una moda - Dijo para llevar la contra o simplemente intentar molestarlo... notaba algo diferente en el pero la verdad no le importo mucho, era muy desinteresado en todo lo que no fuera sexo como para ponerse a pensar mas de la cuenta.

Subió las escaleras tranquilo, resonando sus botas en el pulido y cuidado piso del lugar - Es esa me imagino - Dijo mirando una gran puerta abierta de un color mas alegre que el carcelesco de la escuela... porque las escuelas humanas siempre tenían que ser de los colores mas aburridos que encontraban?... sopló un mechón de cabello que caía sobre su frente hasta sus ojos, entrando por aquel portal, mirándolo y pensando en donde sentarse... casi no había nadie.

Pensó en pedirse una cerveza, pero dudaba que le sirvieran eso en una escuela. Le encantaba el alcohol humano, aun no se explicaba como algo hecho por esos inferiores y débiles seres podía causarle tal adicción a un demonio... no era exactamente adicción como la de un humano, no dependía de ello, simplemente le gustaba demasiado - Yo quiero... tráigame un café americano muy cargado – No era conocedor de las bebidas humanas, no de las que no contenían alcohol, pero al menos conocía el café.

"Parece que este Agito es muy conocido aquí " pensó al ver como había saludado al hombre de la barra y como aquella mujer le regañaba... aquellas personas ni se imaginaban lo que tenia planeado para aquel niño, una sonrisa perversa surco su rostro por un muy breve momento pensando en lo que diría esa pareja si supieran y vieran todo lo que iba a hacerle al peli-azul… - No sirven alcohol aquí... verdad - Le preguntó desanimado a Agito (no sabe que es Akito).

- No... así esta bien - Dijo con un tono totalmente seco, carente de sentimiento, no le importaba ya... no estaba tan desesperado por alcohol, aunque tentadora era la oferta.

Miró a la mujer llegar con su orden y dedicarle aquella calida sonrisa al niño peli-azul, dejando el pedido y marcharse... parecía que en verdad era muy querido en la cafetería... seguramente pasaba mucho tiempo ahí y saltaba muchas clases.

En cuanto hubo marchado la mujer no perdió tiempo en utilizar su manipulación de sombras -utilizando para esto las formadas debajo de la mesa- creando un solo tentáculo que rápida y ágilmente se coló entre las piernas del niño, deslizándose por la silla hasta su entrepierna, masajeándola sin pudor con algo de rudeza… después de todo con el largo mantel de la mesa nadie seria capaz de notar aquello... mientras el demonio tomaba su taza de café y sin echarle en absoluto azúcar bebía de ella, desinteresado aparentemente en todo lo que le rodeaba, incluso el niño que le acompañaba, actuando de la forma mas natural...

- Esta bueno el café de aquí... - Dijo dando otro sorbo a su taza, mirando disimuladamente al peli-azul, sus reacciones y gestos.

Sonrió complacido cuando noto como aquel bollo caía de las manos del niño seguro debido a aquellas caricias en su miembro "Me pregunto si imaginara que soy yo el que las provoca" pensó volviendo aquella sonrisa lujuriosa... parecía que había sorprendido al peli-azul pues por un momento no pudo disimula el quedarse totalmente paralizado y aquel sensual sonrojo en sus mejillas.

- ¿Esta bueno?... - Preguntó malicioso, soplando un poco su café, estaba caliente para el promedio humano al menos, pero no para el - el bollo... - Agregó mientras provocaba que las caricias de aquel tentáculo en la entrepierna del niño fueran mas fuertes y rápidas... quería ver su deliciosa reacción.

Miraba sin pudor la tímida reacción del niño con una notoriamente morbosa mirada pues el otro tenia la vista baja y apenada, escuchando con atención aquellos leves jadeos que soltaba, tan exquisitos y dulces... lo había decidido; seria una de sus mascotas y le entrenaría delirantemente bien.

- ¿Probarlo?... me encantaría - Le contestó... pero no hizo por tomarlo aun cuando aquel niño se había esforzado en acercarlo... mejor le miraba, le parecía tan delicioso aquel temblor en sus dedos, al igual que la forma en la que se aferraba a la mesa, al mantel, tapando su boca para evitar soltar aquellos eróticos gemidos... se veía totalmente apetecible.

- Lo probare enseguida Agito - sonrió morboso antes de pasar de estar sentado a abajo de la mesa en un ágil y rápido movimiento, acercándose al niño, colocando cada una de sus manos en cada pierna de este, abriéndoselas de forma obscena y sin cuidado, desapareciendo el tentáculo para lamerlo el por sobre la tela, tomando esta entre sus dientes y jalándola para soltarla de nuevo.

Sonrió complacido con aquel gritillo del peli-azul que no lograba mas que excitarle, deseando escucharle gritar así mas y mas, de manera mas lastimera... hasta que su garganta se desgarrara de tanto esfuerzo...

Sentía aquellos deliciosos temblores en el cuerpo del niño, temblores de placer, miedo, impotencia... no le importaba, igual le gustaba sentir como aquel cuerpo se estremecía por su causa. No le dejo cerrar las piernas pues tenerle así era tan obceno… lucia tan apetecible… ignorando las delicadas manos de Agito aferrándose con vehemencia en su cabellera pues no lograría alejarlo de aquel delicioso “croisang”, no se detendría hasta tener lo que quería. Le escuchó extasiado sollozar; música para sus oídos… mas aun que aquellos quejidos de placer, se relamió, bajando en seguida la cremallera del niño con los dientes de manera sensual aunque no le pudiera ver.

- Te pruebo... – Le contestó en un tono erótico y grave, lamiendo el miembro de Agito por sobre su ropa interior, arriba y abajo, humedeciéndole aquella prenda... acariciando el glande del peli-azul con los dientes mientras sus manos acariciaban los muslos de este libidinosamente.

Encantado como estaba con aquella melodiosa y lastimera voz del niño no podía parar... y no solo eso, ni siquiera era el principio, aun no sabia nada aquel niño humano aun no vivía nada... pues los planes que le tenia eran muy grandes y perversos... incluso podrían llegar a ser crueles.

Sacó el miembro del niño de aquella estorbosa prenda y lo devoró totalmente con su boca, succionándolo delirantemente fuerte, para comenzar a masturbarlo dentro de esta de forma rápida y golosa, con la lengua y moviendo su cabeza arriba y abajo por toda la extensión del peli-azul a un ritmo acelerado y brusco... moviendo la cabeza de izquierda a derecha para torturarle mas con aquel placer.

Acariciando con sus manos los testículos del crío con lascividad y poco cuidado para aparecer de nuevo un tentáculo con su posesión de sombras -ahora uno mas delgado-... haciéndolo subir por debajo de la camisa del niño, acariciando aquella piel hasta enroscarse con saña y fuerza al rededor de uno de sus suaves pezones, jalándolo como si quisiera separarlo de aquel menudo cuerpo.