Metido en sus pensamientos ( privado para Aaron)

estaba sentado en una alta roca mirando todo el sendero del bosque recordando cosas que no le gustan demasiado mientras tocaba con su mano la cicatriz que rodeaba su cuello agacho las orejas apretando la mandibula con fuerza al recordar el dia de la batalla entre las manadas de tigres....-porque me abandonaste...- dijo en voz baja mirando el sendero a sus pies

Caminaba con aire distraido por el bosque notando la variedad de olores que le rodeaban; en su mayoria aromas naturales y frescos, como el del agua, la tierra húmeda y las fragancias de las flores y los árboles... Todo plagado de un colorido vivo y natural que llenaban de belleza ese paseo; por más que tuviera la insana afición de destruir y quemar, adoraba contemplar a fondo todo aquello que le parecia hermoso, guardandolo en su mente para cuando sus deseos le llevaran a esa innegable naturaleza destructiva, que contradictoriamente adoraba.

Luego de rato andando percibió un aroma conocido en el aire, una mezcla humana y animal pero con un toque dulce e inocente. Sonrio levemente al identificar el olor y se dirigio en esa dirección, encontrandose poco despues con su pequeño amigo minino, con el cual había jugado más de una vez. Cuando se detuvo a sus espaldas y logró escuchar una pequeña oración cargada de nostalgia, aunque no le conmovió en lo absoluto le produjo cierta curiosidad.

-Es raro verte así Ninca...-Dijo con voz suave mientras se acercaba a el y se sentaba a su lado acariciando su cabello, fijando sus ojos en ese rostro tan joven y tierno.