Pensando en ti [Libre]

Se encontraba sentado encima de una piedra que recientemente había descubierto, la cual había limpiado antes de tomar asiento en esta para no ensuciar su ropa. Miraba con desinterés cada una de las lápidas que se encontraban en ese lúgubre y casi aterrador lugar, donde el cielo oscuro le daba un aspecto de tinieblas al árido y muerto paisaje que se extendía frente a sus ojos. Con el rostro apoyado sobre una de sus manos, y la mirada ahora perdida luego de observar cada pequeño y recóndito sitio, solo se dedico a suspirar y entrar en un pequeño trance de calma.

Al principio, no pensaba o imaginaba nada. Simplemente, tampoco sabía que le había hecho venir a ese horrible lugar. Tal vez solo se había desviado mientras caminaba, quizás el lugar le traía algunos recuerdos que no deseaba tener.

Tú nunca tuviste una tumba. Nunca tuviste un lugar para que yo dejase flores. Lo único que tengo de ti es tu recuerdo, y hasta eso me molesta., pensó con quizás amargura y frialdad, ambas expresiones mezcladas al mismo tiempo.

Él jamás había regresado después de todo. No sabía porque le recordaba a él, si ya había pasado tanto tiempo. La primera persona -y quizás la última- que hizo que su corazón latiese así de fuerte. Hacía tiempo que había desaparecido, no había dejado ningún tipo de rastro. Al final solo las simples conclusiones. Había muerto.

Después de todo... no hay otra justificación. Tú no pudiste vivir tantos años como yo, porque tú no eras más que un humano.

Apretó aquella cruz, el único recuerdo que tenía de esa persona. Una mano posada sobre una lápida fue su respuesta, mientras trataba de dejar de pensar en ello. Creía que después de tanto tiempo, aquellos recuerdos habían desaparecido, lo mismo que el dolor. Le había llorado por tanto tiempo, que no tenía más lágrimas que derramar. Todo el afecto lo convirtió en odio y en rencor.

Fue tu culpa. Realmente eras un idiota, igual que todos. Idiota por irte y por morir. , Lanzó un suspiro Idiota por sonreír hasta en ese momento, y porque por culpa de eso, aún no te he olvidado. Te odio por ser tan Estúpido al ir a morir., Se dijo en sus pensamientos, mientras se paraba de la piedra y aún aferrado a aquella cruz, se recosto debajo de un árbol, intentando cerrar los ojos, y olvidarse de todo aquello. Solo se quedaba con lo segundo mejor. Lo segundo mejor era todo lo que conocía. Y ahora, lo segundo mejor que tenía era sentir rencor. Cerró los ojos completamente y solo se dedico a intentar descansar por un momento.

-Si los árboles hablasen ¿que me dirían si me vieran de esta forma tan patética? Yo también soy un idiota. -Murmuró, mientras miraba hacía arriba.

(puedo? >3<)

Tenía frío esa noche, sus brazos se mantenían cruzados entre sí para proporcionarle un poco de calor, que hacía vagando por la fría noche el solo?... No tenía idea, sólo quería caminar y estirar las piernas, además la naturaleza no le desagradaba, pero al llegar al cementerio se dio cuenta que sus instintos le jugaban, no es que le tuviese miedo a ese lugar, sólo pensaba llegar a un lugar más "alegre"?.

Sin pensárselo mucho se adentró en el amplio lugar, leyendo cada uno de los nombres de los fallecidos a su paso, acariciando las lápidas con sus finos dedos casi ocultos por sus ropajes de color blanco. Su sonrisa era tranquila y se mantenía algo melancólica dando bendiciones a las almas que por ahí andaban rondando, siempre y cuando en su mente...

Al momento sintió la presencia de otro ser en ese lugar, buscó con la mirada y divisó a un joven recostado a un árbol con su mirada hacia el cielo, por alguna razón el hizo lo mismo. Prefirió guardar silencio, quedándose atrapado por la atmósfera que lo rodeaba, la brisa soplaba tranquilamente y todo estaba en una quietud casi inquebrantable.