Retorno de la fiesta con cautivo

Seguía desmayado...
El demonio lo observó en la oscuridad, en la que el pequeño círculo anaranjado de su cigarrillo encendido apenas era visible entre sus dedos.
Y estaba cruzado de brazos, sentado en la silla, con el pie derecho recargado en la enorme cama donde lo tenía, sin sogas, sin grilletes, la mayor parte de su cuerpo se había regenerado. Quizá se le había pasado un poco la mano, pero le había entretenido mucho.

Oscuridad...
Abri los ojos lentamente mientras gemia un poco revolviendome entre las sabanas de una... cama? intente levantarme pero me sentia debil, cercano a mi el olor a cigarro,un punto apenas de fuego brillante y una sombra enorme que lo sujetaba. Lo supe entonces, aun estaba con él, con ese demonio, en otro lugar pero con él.- Que es lo que quieres de mi?- le pregunte con esa vocecita apenas audible y femenina sin poderlo evitar.
Quiza se detuviera el cambio,quizas no...pero esta vez si que había sido lento no sabía cuanto tiempo había estado inconsiente.

Finalmente despertó.
La estatua oscura, no se movió ni un poco en su sitio. Aunque sus pensamientos que andaban vagando, rápidamente se concentraron en aquella figura en la cama.
—A ti— le respondió tajante una voz grave, que parecía no surgir de ningún lugar. —Yo decidiré... si puedes serme de utilidad.

Su voz sonó en la habitación demasiado oscura, demasiado silenciosa, ni siquiera podía verle claramente,pero sus palabras fueron claras y tenia que confesarlo por primera vez tenía miedo, el miedo que me provocaba no saber que sigue.
-Yo no soy tu juguete, no voy a divertirte...-dije con tono seco...-y por mi te puedes ir mucho al infierno de donde nunca debiste haber salido...-ahora casi le grite con tono histérico mientras volvía a incorporarme en la cama juntando fuerzas.

Se levantó al escucharlo, pero no se dirigió a él, sino a la gran chimenea de la habitación en la que tiró el cigarrillo y que encendió con sólo desearlo.
La habitación se iluminó a media luz, mostrando que ésta era amplia y de buen gusto.
De nuevo, volteó hacia su cautivo, que aunque se pusiera de pie no tenía ninguna oportunidad de escapar.
—En eso te equivocas. Ésto es lo que necesitas, pequeño. Deberías dar gracias porque no elegí matarte— Franqueó sin ninguna prisa el espacio entre la chimenea y la cama —Sabes que es así. Si dices una palabra más de protesta, dejaré que alguien más que no soy yo te azote a su gusto— en su oído, arrancándole el resto de ropas que tenía encima y tirándolas a un lado para separarse.

Aquella recamara era grande y bastante bien adornada, de lujo podria decirse,pude apreciarlo cuando la chimenea fue encendida, lo mire de arriba abajo sin levantar la vista, con el labio tembloroso al escucharle en mi oido pero reaccionando enseguida con un grito que enseguida me parecio patetico pero ya era tarde para reprimirlo,no pude evitarlo al verme con el cuerpo desnudo en cuestión de segundos. Mis ropas o lo que quedaba de ellas fueron arrojadas aun lado y no dude en arrancar las sabanas para cubrir mi desnudez tan pronto como pude.
- Y no quieres también que te agradezca por la cama y tu agradable compañia??- dije con toda la ironia que pude pero a nada de romper a llorar cuando sentí aquella sensación inmediata de que cambiaria de inmediato,quiza como método de "defensa" se volvio a iniciar el ciclo y lo primero que vi cambiar fue el largo del cabello y...los pechos...no pude sino apretar los ojos y desear con todas las ganas volver al cuerpo masculino.

Al incorporarse nuevamente, se cruzó de brazos y lo observó.
Observó cómo su boca temblaba e intentaba cubrir su desnudez sin atreverse a sostenerle la mirada.
Tenía miedo... Eso era todo lo que necesitaba para acercarse a una criatura como aquella...
Lo contempló casi con ternura, porque no sabía lo que le esperaba, la infinidad de torturas y caprichos que el demonio tenía en mente, y aún así su orgullo lo hacía seguir repelando.

—Me alegra que lo vayas entendiendo— le respondió con una voz que parecía cargada de razón. Se acercó un paso más a la cama y se sentó en ésta, agarrándolo con fuerza por un brazo que de pronto le pareció demasiado delgado. Su rostro mostró un poco de desconcierto cuando comenzó aquél cambio, al punto que tuvo que retirar la sábana y ver las perfectas formas femeninas de aquél cuerpo... aquella rubia, en ese sitio no había mujeres. Era igual a....
—Lilith...— susurró aflojando su agarre mientras la miraba sorprendido a esos ojos rasgados.

Y el cambio ocurrio...ahora era una chica. Ni siquiera fui capaz de decir nada de primera buscaba a tientas que me devolviera la sábana que me arranco cuando me jaloneo de nuevo. Pero de pronto aflojo su agarre y ya no insisti mas con la sabana sino que me enrosque como pude y me cubria con las manos mientras no podía sacar los ojos aguados de aquellos rojizos que pertenecian a mi captor, el cual me solto y susurro el nombre de la primera mujer como si me confundiera.

-Esto es lo que queria evitar...-susurre- pero ahora ya no tiene caso...-rompi a llorar hundiendo la cara entre mis cabellos alborotados que caian a un lado como una cascada....-por favor...-me atrevi- dejeme ir.

El fuego ponía todo en suave relieve, mitad rojo mitad sombras...
Sí, se parecía un poco, pero no podía ser ella, porque Lilith era orgullosa y despiadada como él mismo, pero podía cambiar de forma (como cuando se había transformado en serpiente frente a los primeros hombres) y actuaría así para divertirse y llamar su atención.
La miraba desconcertado, buscando en ella la escencia de su indomable esposa...

Spoiler:

... que no encontraba. Más que un leve parecido físico, como si Lilith hubiera sido adolescente alguna vez, y no un ser eterno y sin edad.
Se acomodó mejor al lado de la cama, ya más convencido de que no era quien creía pero igual de cautivado por ella. No le importaba que llorara. Sus lágrimas le parecían naturales y su mejor adorno, no hubiera esperado otra cosa que debilidad. La sentó sobre su regazo dejándola expuesta sin permitir que se enroscara de nuevo.
—vamos— la tranquilizó recargándola en su hombro —ahora no tienes qué preocuparte por esas cosas. Seré considerado contigo... si me da la gana. Sólo tienes qué complacerme. ¿No crees poder hacerlo?— le acarició el cabello y la espalda como a un gatito.

No hice nada por evitar que me tomara en brazos,terminar en su regazo y con el cuerpo expuesto a su vista,aun cuando no habia demasiada luz, mi rostro quedo pegado a su hombro y mis sollozos resultaban inutiles,pero se hicieron aun mas audibles hasta que su olor me atrapo,le escuchaba mientras lo aspiraba y dejaba de llorar poco a poco. Olia demasiado bien,un aroma varonil que resultaba tan inquietante como atrapante, me estremecí al sentir sus manos en mis cabellos y mi espalda, me arquee inevitablemente y me separe un poco para mirarle reprimiendo un gesto llorón, mientras que mis manos quedaban atrapadas entre mi pecho y el suyo en otro vano intento de cubrirme. Sus ojos eran penetrantes como si no solo desnudara mi cuerpo,pero no deje de mirarlo ni por esa razón, no podia y no queria hacerlo. Me detuve un poco más en sus facciones,poseía una belleza impactante pensaba que quiza en otra situación le hubiera mirado embelesada, pero no, en esa situación también lo hice.
Abri la boca un par de minutos después, llevando mis manos a mis ojos para enjugar las lágrimas y luego al no conseguir sacar la voz me mordi los labios fuertemente unos segundos mas agachando la mirada.-No...-dije temblorosamente...-No puedo, no quiero y...-rompi a llorar de vuelta esta vez escandalosamente...-ni siquiera sabria como!!-le grite enfadada,llena de impotencia.