.:DEPRIMIDO:.

Akito llegó allí sin rumbo. Había salido de la casa donde vivía y no tenía nada que hacer, razónpor la cual terminó perdido en medio de la naturaleza. Pronto vio un lago y no dudó en ir hasta él, le encantaba mojarse desnudo bajo la luz de la luna.

Se quitó la camiseta y luego las botas, dejando visible su torso suave y algo delgado, aunque igual fuerte.

Bostezó unos instantes y entonces se fijó en que había otra ropa. Poco tardó en adivinar dentro del agua una figura de otro chico.

No dijo nada, sólo le contempló.

Le contempló durante largos minutos y terminó por acercarse hacia donde estaba.

-¿no sabes que las muestras de debilidad pueden hacer que te ataquen en cualquier momento y se coman tu corazón delante de tus propios ojos? -musitó frunciendo el ceño y sonriendo.

-Un vampiro llorando, qué imagen más decadente y triste. Cada vez odio más a mi propia raza. ¿Mal de amores? -cuestionó apartando el cabello de su frente- ¿Un mal día? -se hundió desnudo un poco en el agua, mojando su cuerpo.

Sonrió a penas.

-Como se te ocurra volverme a dar un golpe como ese te juro que te parto el cráneo, idiota -a pesar de sus palabras sonaba amable, y sin intención de ser borde, sólo como un único aviso.

-Ya te dejo en paz, amargado.

Fue hasta una roca y se tumbó allí, desnudo, mirando el cielo en silencio mientras deslizaba una mano por su estómago húmedo.

Bostezó, ignorando las palabras ajenas. No valía demasiado la pena entablar una conversación con alguien que le había tratado de aquella forma y que ni tan siquiera le había pedido perdón.

Se sentó en las rocas, aún con la cabeza en alto y mirando la luna fijamente como si fuera la última maravillsa del mundo.

-Qué noche más hermosa... -susurró apretando los labios y mordiéndose uno de ellos sin querer, haciendo que sangrara un poco.

Sonrió ante aquella lamida y le contempló durante unos segundos, analizando su rostro y después su cuerpo.

-¿No te han dicho que es de mala educación ir lamiendo heridas ajenas? -cuestionó bajando de la ropa y acercándose a él- Los desconocidos me llaman Blaze -musitó apartando su propio cabello rubio- Y tú eres...

Tras preguntar aquello se fijó que unas cuantas nubes negras se agrupaban en el cielo.

-No he dicho que me moleste -murmuró contemplando su rostro y sonriendo- Lo que te hace falta es olvidar todo lo que ha ocurrido -musitó acercándose a sus labios pero sin llegar a besarle- ¿Necesitas ayuda para eso?.

Akito, después de todo, no podía evitar ser así.

Pronto empezó a lloviznar.

-Eres un vampiro ¿qué esperas? El amor no está hecho para nosotros. Es mejor ir de uno en uno, con sexo apasionado y palabras bonitas que luego se borran. ¿No te gusta eso? -murmuró bajando una mano por su pecho- No está tan mal, de verdad. Es divertido -le mordió el labio inferior- Ya encontrarás a alguien, ahora deberías gozar todo lo que puedas de que seas nuevamente libre.

Akito gozaba del sexo como pocos vampiros hacían. Le encantaba ir con uno y luego otro, variando día a día, dejando que cada uno le llevara al mejor de los extasis que le hacían olvidarse de todo durante horas.

-¿Sí? -sonrió y le tomó de la nuca para besarle, introduciendo su lengua en la cavidad bucal de su amigo y pasando una mano por sus caderas- ¿Serás buen niño y me harás caso en todo? -le colocó contra una piedra y pego su cuerpo con el ajeno- A ver, a ver... -ladeó su rostro, pasando los colmillos epor su cuello sin clavárselos.

A Akito no le gustaban demasiado las presas débiles, ni las que se dejaban dominar con dos palabras bonitas o querían consolarse con el sexo, pero de todos modos, era un hombre y algo debía hacer con él.

-Vas a olvidar hasta como te llamas -murmuró besando su pecho y luego su estómago- Que por cierto, ni tan siquiera sé tu nombre... -se apartó un poco de él y fue bajando por su cuerpo con besos castos, parando en su abdomen y jugueteando con sus dedos acariciando sus piernas- Mmmmm... Yo soy Akito.

Le tomó de la mandíbula y le miró fijamente después de subir hasta su rostro.

-¿Te gusta? -musitó pasando una mano por su cintura y deslizando las garras lentamente, sin dejarle ninguna herida, como simple seducción- Deja de poner esa expresión tan triste, me están dando ganas de estrangularte. ¿Qué tipo de vampiro eres tú? Hay mucha gente en el mundo para que llores por una de ellas.

Le cogió con fuerza del brazo y le tiró encima de si mismo, aguantándole dentro del agua y lamiendo sus labios.

-Kalix, no seas idiota.

Resopló y le empujó al agua, tirándole en medio de aquel lago y después rascándose la mandíbula se mojó un poco su rubio y lacio pelo.

-Estás mal ¿eh? -murmuró para luego sonreír- No me gustan los vampiros deprimidos... Ni tan siquiera podéis levantar la mirada ni un poco, habéis perdido todo el orgullo por culpa del amor. Ah, malditos sentimientos.

Se recostó en la propia agua, dejando su cuerpo flotar.

-¿Y se puede saber qué harás ahroa?

Se quedó dentro del agua y le contempló sin moverse, sumergiéndose para mojarse el pelo y desordenarlo tras ello con los dedos.

-¿Entonces te largas? -cuestionó apoyánose en una de las rocas y mirando el cielo y pasando un par de dedos por su propia mejilla, exhalando un leve suspiro que se entremezcló con el ambiente que se había formado momentos atrás.