Eternal Night
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Ficha de Meith Haltmish

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Mensaje por Meith Lun Jun 29, 2009 3:35 pm

Nombre Completo: Meith Haltmish Testsuna (Apellido de Aoki)
Nombre Real: Meith Haltmish
Edad: Real: 3039 años/ Aparente: 43 años

Raza: Vampiro Noble

Ocupación: Antiguamente: Artísta - Médico. Empresario Farandulero (?)

Inclinación Sexual: Seme absoluto!

Descripción Psicológica: Es exquisito, de habla galante y sofisticada, un tanto amanerado, posee problemas con la ira, pero posee una creatividad estupenda, ama las artes y a estudiado su evolución durante toda su no-vida. Carismático por inisiativa propia, no se considera una persona felíz pero vive su no-vida como un peculiar vampiro, no es rencoroso (en ocasiones), ni abaro, pero algo prejuicioso, centrado, y un tanto esquizofrénico, más de alguna vez le interesa hablar solo, y pasar tiempo encerrado. ¿Algo malo? no confía en las personas mayores, solo en la verdad escondida en los inocentes pequeños. También tiene problemas al controlar las lágrimas profundas y las risas exageradas, por lo que puede llegar a ser molesto. Por otro lado, hay veces en que caya de repente. Es paciente y amable, compasivo con sus amigos y para sus enemigos, amableente ascecino, también un tanto masoquista y Sado.

Descripción Física: De descendencia greca, su color de piel blanca y dura como el mármol, una nariz respingada y lisa, recta, labios delgados y ojos azules claros grisaseos almendrados, cabello negro largo ondulado o a veces desordenado. De una altura superior a 1, 90 mts, delgado pero proporcional, dedos largos, y muzlos apretados, cejas despectivas y linda sonrisa.
Tiene el tatuaje de una rosa en su pecho.

Poderes/habilidad:
Fuerza y Rápidez Sobrehumana.
Sombras.
Telepatía.
Hipnotismo.
Confusión Mental.
Regeneración paulatina.
La habilidad de Fuego no la posee por ser vampiro antiguo.
Hace poco obtubo una espada de manos de Artur, que le entrega cierto porder demoniaco. Ademas d eun cambia forma de cierta enfermedad que Alfons le entrego convertiendose en una poco controlable pero fuerte bestia alada.

Gustos: Tiene gusto por los pequeños niños, y calma su placer con muñecas de porcelana, le gusta la buena música y el tabaco de primera, colecciona cajas musicales, posee una que nunca logró abrir. La noche y la luz de la luna lo embelezan, sentarse en soledad a olvidar el pasado, y sujetar sus manos recostado en cualquier lugar sintiendo una briza, mientras vea caminar a la humanidad. También sentirse un niño estancado sobre un columpio, previlengiando la sangre joven, los pequeños con sus madres. Luego pasar la tarde con sus pinturas y recuerdos tirado sobre una cama tocandose el cuello. Abrazar una muñeca mientras duerme, y escuchar Luwding Van Beethoven, o el ritmo rockero de Marilyn Manson.

Desagrados: Agitarse. Las mujeres; le da malos prescentimientos, el transporte público, los ríos profundos, los hospitales repletos, los cementerios con estatuas de niños, las iglesias antiguas, el Imperio Persa, el clima muy cálido, las grietas en la frente. Licanos.

Virtudes y Defectos:
Sus virtudes las ha perdido con el tiempo, pero es paciente, amable, leal entre otros.
Defectos, aunque lo niegue, la sobre-confianza en quienes ama, la ira, la lujuría.

Reseña Histórica:
-"De nacer, habría nacido bajo tierra, entre las aguas o cayendo de un carruaje en pleno parto, para no alcanzar a entender que es la vida o la muerte, y no sufrir, imaginando que el dolor es algo hermoso"-
Era la oración que cada noche repetía dentro del maldito, asqueroso imperio de mi padre en un tiempo atrás, cuando este pretendía satisfacer conmigo su pecado.
Cuando mi padre me poseía , porque mi madre desde pequeño me había acostumbrado, cuando me amarraba y me cegaba, cual cordero tembloroso ante el depredador, yo había crecido marcado en el cuello como un borrego, y era mi deber dejarme extasiar.
Mi padre era un vampiro dueño de un ciudad estado (Polis Griega) en la ciudad de Creta cerca del Peloponeso, cerca del año 1100 A.C., el era un poderoso Pretor, gobernante de nuestro territorio, y guardaba sus secretos junto a mi madre. Fui creciendo con el tiempo, sin desarrollar habilidades vampíricas. Me encargaba de la administración en las cosechas, de vigilar a los mercaderes, y claro, por tradición pertenecía a la milicia local. No sentía más que un deber en mis progenitores y para cuando llegó el día de partir a las famosas guerras médicas cerca del año 149 a.c., ninguno sintió el deber de explicarle a su hijo lo que realmente era, y no me extrañaba el vivir tanto tiempo, tal vez era un dote entregado por la Diosa Hera.
Recorrímos de noche la fastidiosa cuenca del desierto, armados y decididos a comprobar nuestra valentia contra el Imperio Persa, pero esa noche, vasto solo el arranque de mis poderes oscuros para dejar muerto a la mitad de mis compañeros entre mis manos y el sabor de su sangre. No entendía nada, me resultaba tan familiar esa escena, donde a mi presa se le herizaban los cabellos, gritaba como exitado mientras se perdía su ultimo aliento. Jamás llegué a encontrar esa batalla, la mitad del ejercito me había dado de baja al fusilarme y dejarme desangrado a mi suerte por la traición.
Entonces me perdí, por esas dunas que embolbían el cielo crando figuras burlonas, y mucho mas lejos, en el horizonte, el sol, marcaba en mi cara como una guillotina, dolía y quemaba como nunca, ese sol que podría matarme, y recién ahora, se presentaba a mi muerte, cerré los ojos esperando que me abrazace para dejar los recuerdos atrás, soñé.
Deperte cansado, mi cabeza dolía y frente a mi un señor de extrañas vestiduras me acariciaba. Dijo que su nombre era Alfons y también que sería mi mentor, de él, aprendí a ser un vampiro. Establecí cierto enamoramiento hacia él, su calidad de nuevo, de extraño me exitaba, pero finalmente le deje después de largo tiempo, para encontrar otros de mi raza.
Seguí mi camino sin rumbo. Escuché del llamado hijo de Dios, de las guerras en Roma, la persecución de los cristianos en el año 163 d.c. , pero yo solo quería encontrar mi raza.
Databa el año 477 d.c. y para ese tiempo ya sostenía un vasto imperio construido con mi antiguo amor Alfons, primero llamado Astro Hungaro, posteriormente nos unímos a los Godos y conformamos un feudo, un hermoso castillo que tomaba vida de noche, poseíamos cientos de embestidos, y participamos arduamente en las cruzadas, paradojicamente peliando por tierra santa.
En un tiempo atrás habíamos sentido en carne propia el miedo, la Inquisición, y aprendimos a llevar una fachada, ser señores de fuedos normales para no caer en la hoguera.
Era el año 1337 d.c. y contraje matrimonio, con una joven señorita de pueblo vecino, esta dama (vampira) Aoi Sakurai era decendiente de un largo legado japonés. Ella rebosaba de amor, pero, dentro de sus ojos encontraba la tristeza, estaba enamorada de quién fuese mi pareja, pero eso no la detubó para cumplir con su papel de madre, entregandome a un hijo, bautizado Kai.
Dejé mis deberes y mi esposa a cargo de mi "hermano", y me dediqué en toda forma a mi hijo, enzeñandole las finas artes de la guerra, la estrategía, las artes oscuras y la refinada música. Sentía nuevamente que Menoch (diablo) me entragaba la sabiduría y el sentimiento perpetuo de amar, hasta tal punto que estaba totalmente embelezado por aquella fragil y tierna figura, que estaba por convertirse en un apuesto caballero, digno de heredar mi trono y mi embestidura.
Kai vivió junto a mi el paulatino cambio de época, la Edad Moderna llegó despacio con sus ideales e ilustrados, las teorías y las marcadas Artes, pero también la llegada de mi segundo hijo Takuya.
Kai aceptó a su hermano si bien como un discípulo, también como una persona celosamente inseparable del mismo.
Mis hijos y yo, vivimos la "Bela Epoque" juntos, junto a los Grandes Genios. Recorriamos las Mansiones de fiesta en fiesta, bebiamos cuanto queríamos, matabamos cuanto queríamos, junto a Kai, las presas llegaban y se iban, haciamos apuestas, pero Takuya se mostraba reacio ante las propuestas, naturalmente era un pequeño, y tampoco querría obligarlo. Para ese entonces, dentro de las zonas, creamos el Aquelarre. Sin reglas, solamente con la condición de que las muertes del ganado no fueran descubiertas. Y más adelante, que bebieramos solo para alimetarnos y no por placer. Hasta llegar una noche, a no enterarnos de que las reglas habián cambiado.
Era una noche normal como otras, habíamos terminado de "cenar", los cinco dormiamos en ataudes, y como siempre cada noche, Takuya se cambiaba a mis aposentos. Pero fue lo que vió Takuya lo que me hizo levantarme minutos antes de que oscureciera.
- Padre... - Tiraba de mi con miedo -Padre... fuego... - Abrí los ojos con espasmo y abraze a mi pequeño hijo, levantando la cubierta del sarcófago.
Lo que veían mis ojos, la mansión al rojo vivo, las cortinas abrazadas, los finos encajes de los sillones, los cuadros alrededor de las paredes empapeladas. Todo.
Di pasos largos cubriendo a Takuya del fuego, buscando a mi querido Kai por sobretodo.
Cubrí los ojos de Takuya al mirar en el suelo a mi esposa, muerta con su hermosa cabellera tendida en el suelo desangrada y ardiento en llamas. Sentí un dolor inmenso, seguí mis pasos con pesades y mis manos llagadas, mi piel antigua no soportaba la calor, pero debía mantener a Takuya eterno.
Giré rapidamente por las puertas del corredor de la cocina, llegando a la sala.
Desde entre el polvo y la humadera veía con dificultad la silueta de una gran manada de personas.
-Meith!!.. Meith!!...- Escuché de entre aquella bruma grisacea. Era Kai.
Dejé al menor escondido donde no le llegasen las llamas, y entré a la niebla.
Mi hijo estaba tendido en el suelo con su pecho herido y ensangrentado, y quién sujetaba el arma era ni más ni menos que mi amado Alfons. Quede perplejo.
No eran celos, ni amor, era poder.
-El consejo se ha enterado de que habeís matado humanos sin necesidad, vivido como monstruos en una fantasia, habeís roto las reglas- Lo ultimo sonando al unisono.
-De que reglas habláis!!!?..- Di un paso adelante en forma amenazante. Pero me vi detenido por cientos de vampiros que me cubrian.
-Las que acabamos de crear para derrocarte querido... y darte muerte, a tí y a tu familia...- Levantó el sable estruenandolo contra Kai. Sentí un impulspo asececino, de sobreviviencia. Ingresé contra los sujetos recibiendo sus exagerados golpes sin immutarme en el dolor, me planté frente a Kai para recibir el sablazo en mi espalda, y hablé, mientras tomaba el rostro de mi hermoso y astuto hijo, de mi legado entre mis manos, y cortaba mi labios para besarle por ultima vez, mientras le entregaba mi sangre para que sanase rapido. -bebe hijo... tomá a tu hermano y llevalo lejos, corré... hasta que tus pies no puedan más... sobrevive como sea, no renieguez jamás de tu naturaleza... vé al castillo del norte, al antiguo imperio, al nuevo Aquelarre que allí se forma... Te amo... - Le dije dentro de su cabeza, mientras apretaba mis labios contra los suyos y sentía como el tiempo se acortaba. Lo separé bruscamente y lo lanzé contra la cocina, haciendoce sombra para tomar a Takuya. Desde lo lejos me despedí del menor, con lágrimas en los ojos, esperando mi fin con dignidad. Dando muerte a Alfons, al Aquelarre, y cansado, desangrado como hace unos milenios en la guerras, había vagado, pero ahora, por mis recuerdos, boca arriba, mirando como mis hijos se alejaban al horizonte, mientras el fuego carcomía mis entrañas y mis ojos humedecidos, se cerraban para siempre, y muy dentro de mi la única palabra que sentía era: Corran.

Otros: Despertó en el presente, bajo tierra, le llevó años regenerarse, ahora camina sin rumbo pensando lo peor para su familia, sin esperanzas y esperando que cierto individuo terminé con lo que la historia no puedo, su vida.

Actualmente mantube una relacion con mi hijo Kai, de donde nacio el precioso Kaoru, por otra parte, me enamore de un cazador humano llamado Aoki, con el que pase una larga temporada siendo su pareja, conceviendo tres hijos, Athan, Meretz y Payne, el ultimo sin conocerlo por nacer en nuestra separacion.

Por otro lado, abandone cobardemente a Aoki por el novio de mi hijo Kai, el líder licano de mi raza rival, pero sin importar los prejuicios y problemas, nos escapamos para vivir nuestro amor, dias antes del casamiento de Kai y el, donde en nuestra estadia consvimos a dos pequeños mellizos, Yami y Nami, unos hermosos cachorritos nacidos de él, pasamos por una serie de adversidades y de nuestro amor nacieron ademas Denes, Paris y Ihan. Finalmente nos enlazamos en matrimonio, algo tarde, pero que no duro demasiado... finalmente separandonos... teniendo antes claro tres niños mas...
Llevé una vida feliz con mi ex enemigo Eun y discipulo de la infancia... algo sanguinario... de donde nació Silver.
Actualmente me he comprometido en matrimonio con Aoki, esta vez se que no acabará mal.

Imagen:
Spoiler:

Alternativo:
Despues de sufrir una ataque del condenado y renacido Alfons, de donde extrajo una de sus vertebras, comenzo a sentir un leve dolor de espalda, no habia entendido presisamente de que se trataba todo el alboroto echo por aquel simple ataque, que aunque doloroso podría reponerse facilmente.
Era un tipo de enfermedad a largo plazo que se activava con la ira: Un poder muy peligroso que acortaba mi vida.
Spoiler:
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